COMO ACORDAMOS (1)
Hasta el último renglón de esta calavera,
De corazón abrumado por donde pisas
Desde la tinta roja del juicio que perdí,
A Miami, Estocolmo o las griegas islitas,
Pegado a tu grupa con el alma te seguí.
Es cierto estuve aquí, fantasma de día,
vampiro de la noche que nunca termina,
excusándome ante un policía o de codeína,
hasta ver nacer el sol mirando donde estás.
Mientras, tú alunizabas en el hall del Prat,
de Tesalónica, que dirán cuando les cuente,
con un amor nuevo en el cristal, insondable
de unas Ray-Ban, graduadas para no verme.
Y vuelta a hacerse cargo del Rubí aquél,
De los tendederos y los patios de luces,
De las reyertas, los altramuces y el anaquel,
De la alacena donde buscar a fondo una ley,
Que te absuelva del tedio, como hacer café.
Del cafetín de la plaza Lesseps, a la Bonanova,
Si no mola Barcelona, sondeas el Corte Inglés,
Y apilar otra vez y morderte las uñas,
Y a acuñar sin saberlo, hojas de literatura.
Que nos va a quedar si todo es confitura,
Más que darte un beso en el fondo del alma,
si no te llamo, acuérdate, me llamas,
como tarde a los treinta, como acordamos.
ANUNCIO CLASIFICADO (2)
Como al docto Gabo, a mi también,
El olor de las almendras amargas,
me evoca el amor contrariado
cual magdalenas Proustianas.
Una reminiscencia que vaga,
Cascarrilea mis venas errante,
aquel primer amor doliente
aún lo llevo arenando el alma.
Luego a los amores corrientes,
Por desasistidos los saludaba,
Al pasar raudos como aviones,
Apenas verlos, ya no los miraba
Alguna me acusó de cadáver,
Otra, de alevosa indiferencia,
Una tercera buscaba otra cosa,
La visa correhuela de inocencia.
Que indecencia lo del dinero
Pero el poder es lo que apremia,
En el reino de los poderosos,
Los osos van buscando miel.
Hay también seres perfectos
Tanto mas levantan peso,
Tanto menos seso traigan,
Ay mujeres, ustedes verán.
Un coloso orgullo espiritual
Me lleva el coche abollado,
Desaliñado el cabello,
Anacrónico el gusto musical,
La capa vieja, la barba poblada,
Yo no soy ningún moderno,
Mal que os agrade es cierto,
no llevo rastas, no rapeo,
Ni las llantas tan pulgadas,
Ni enzarcillo mis orejas
Por miedo a perder oído,
Y no quiero tener un titulo.
No voto ningún partido
Al tenerme por honesto,
Ni el gesto hago del mandito
De bajarme un Politono.
Ay mujeres, que les digo,
No puedo ofertarles nada,
Mis músculos son huesos
Mis camisas de once varas.
Valga saberme un extraño
Rara Avis, Gregorio, bicho raro,
Si algún año extraordinario,
Me encuentro una extraña
Que abriendo un diccionario,
Al inquirir la voz Amor,
No se sirva de un antónimo
Que ejerza lo contrario, pues,
Ya tuve un amor despiadado.
Que ya anduve aletargado
Hibernando los veranos,
Que ya no quiero ser pasto,
De la desalmada vocacional,
De la correccional ,oiga,
De los trajes a medida,
Servida queda la bebida,
De absenta item de rutina,
De la comú verge Moreneta,
De teta respingona y seria,
Que ni es verge ni morena,
Pero quiere que la quieran.
Líbreme el alto centinela,
De la vela medio encendida,
Que se viene cual se vuelve,
Que no se parte la camisa,
Líbreme de la risa y el llanto
Plastificado, oropel o de recreo,
Más la que apueste con su vida,
A sus pies, ocioso, me tiene el primero.
EL DOBLE (3)
* A propósito del libro del mismo título de F. Dostoievski
Derrelicto marqués de cabra,
Dueño absoluto de ni un comino,
Doble de sí mismo sr.Goliadkín
¿Es usted o soy yo los que nos miran?
¿Duda acaso del habitante que le habita?
Pero eso son todo soflamas baladí,
Casos absurdos, quien lo ignora,
Llegada la hora será usted entero y resuelto.
Las neuropatías son máquinas de tabaco,
El temblor del metro, el color del semáforo,
El viento…, tales intrigas un hombre en blanco
Teniéndose al lado habla consigo;
“- Que befas intrigará mi enemigo, umm…
Hasta me ha robado mis propios zapatos…-”.
DE MABELES Y FEDERICOS (4)
Para huir de Mabeles y Federicos,
De sus salmos y escapularios por montera,
Urgué litúrgica cera de uno de mis oídos
Y atasqué la cerradura de la puerta.
Desamortizando erarios de castilla,
Amortizó el abuelo la Gris camisa
Con charrateras cobrizas de general,
Sin mas jaez que saberse posicionar
A la sombra del árbol más fuerte.
Luego transmite el transunto aprendido
De desdeñar frijoles en aras de chorizo,
Testamentando inter vivos sus diamantes
Al primogénito de catorce lozanos hijos,
Abonado vip a un círculo de feas artes,
Que es petimetre y facsímile del padre ,
Y reclinado orador del rosario sin una errata.
Su mayor utilidad pública; si dios lo avala
pasto de los exquisitos metres Tupinawa
Hasta el hocico de Mabeles y Federicos
De sus arreos y executorias por montera,
De la alta estofa que los mantiene vivos,
Les personé al verdadero Cristo
De la mano de María Lagartera
Desde chinorris mi afición ha sido,
Pisotear con zanco de madera
A los señores su chaqué de lino,
Vituperando, sometiendo a patíbulo,
Escupiendo por el zurdo colmillo,
En sus panegíricos en pos de la guerra.
Llevan carne y hueso bajo el anillo,
Ceden sus niños aun imberbes a la Obra,
Zozobran en doble vida de busconas de acera,
Cambalaches sus cuentas allende el Pacífico,
Y paseito al negro tílburi en los días de fiesta,
Que son todos, en virtud del noble oficio,
De robar al pobre para darle al rico.
DAMA FRANCESA EN LA PUERTA DE UN CLUB (5)
Indomable potra albina,
Afrancesada y pingo
Ligera y amateur,
Odalisca de arén
Axila de algodón,
Etérea como gas
Labios de ocasión
Minifalda de cristal.
Putón te dicen,
Las que encelas,
Por puta y por guapa
Se las cae la baba.
Dadora de vida
Conejera sin truco,
Heredípeta de músicos
Numen de mis pajas
Mujer mundana,
Casquivana y perdida
Publica y en pelotas,
O con ropa.
Putón te dicen,
Mi madamoiselle,
Cuando en el cruze
Pides pasaje.
Artista de sensualidad,
Lumpen del barrio bajo,
Quinientos más propina
Por que rozara el badajo,
Bajo la bombilla mate
De tu cuarto leonera,
bajo tu cabellera preso
Sosteniéndome la mirada
Putón te dicen,
Rodeado de éter,
Tu colchón de farfolla
Tan caminado.
Camisa de cretona,
La novia del mundo,
tetamen pedrascoso
pro bono público,
pues das cuanto eres
carcañal huesudo,
sol de piel, miel en vena,
irradiación y efluvio agrio,
la quijada raspa
y tu, virgen santa,
te contraes mordisqueando
tu carnoso labio.
Putón te dicen
Más yo te nombro,
Por demérito impropio
Santa y alma virgen,
Del desperfecto,
Del desahuciado
Del dado de la oca.
Bendita sea tu boca,
De entre todas las bocas,
Benditos tus besos ahora,
Y en la hora de mi muerte,
Cuando claudique el corazón,
O reviente de soledad,
Quiera Alá que sea en tu catre,
A horcajadas, mi putón.
PIÉLAGOS DE PIEL (6)
La piel nombrada daguerrotipo del alma,
La piel de leche; la piel ninfomaníaca,
La piel sumariada y olvidada aún chismea,
En los juzgados de farfolla y cuatro patas.
El piélago de piel albina de la lesbiana,
La piel que emana Martini y monises,
La sangrante piel de la tórrida mulata,
El pellejo a la carta de las ínclitas actrices.
La piel de ocasión a loncha por billete,
Membrete de sobre con pecas de sol,
Sin sanción, sin sello ni lugar de remite,
Que repite en el alma como un ajo triste.
Dermis apiadada que lame mis cicatrices,
La piel body cream, salada y escurridiza,
En los hoteles de putas y tristes felatríces,
Hay tres suites reales por cada luna postiza.
La piel es quien firma los tratos de carne,
La parte contratante, sentencia en firme,
La piel juez y gobernante, decreto, plebiscito,
De un amore mio bon jorno; de un triste adío.
A UNA HOJA CUYA RAMA NO EXISTE (7)
Dama y cocotte, Dadá y paisajista de interiores,
Maltratada por el seso, condenada a ser icono
Del próvido y el grosero, la panadera, los viticultores,
echan el resto mirándote sólo por el rabillo del coño.
En el mentidero provincial la gente bien mira mal,
La gente común no ve y todos se conducen peor
Cruzas el bazar cual Edén surge del hormigón,
Con el chic de lo francés, con el pulso suburbial,
La mirada casi material que toca como un dedo,
El hipocampo navegando allá en el ángulo diédrico,
Diz veneno lento?… no tengo prisa y sabe a caramelo.
Bajo la ociosa divisa de no prohibirme lo prohibido,
Estoy fuera de mí cuando no estoy adentro tuyo,
Marilyn del subdesarrollo tengo mono del anís de tu risa.
EVITA (8)
Pagué, sin soltura ni concesión,
solté primero el fajo
y con la pereza del deslucido
subí el primer escalón:
-Sos vos el primero,
ignorando a un quinceañero
que no me dio ni un empujón,
-Buenas noches señorita,
que bonita noche hoy,
no pretendo ser un Lord
pero gracias por la cita
La conocían como Evita
y el mercado ardía
cuando al sol de mediodía
ufana y coqueta
se quitaba la levita.
Y justo eso hice yo
tal que Aníbal en Cartago
espabilado por un joint,
tomé a la deidad
para después más animado
conquistar la ciudad.
Jesús que muslos
Yahvé nos salve
comadrona de los impulsos de la carne,
pábulo del miserable,
pulso del cadáver,
luz del olvidado,
hado de virgen de Israel
y sin embargo,
trasegada cada día
cada hora desmembrada
de ablución en ablución,
limpiándose las manchas
miserables de la vida.
Entre muelles estridentes
de su cuello columpiaba
agitado por la monta
un rabo de Beduíno
totem de buena agüera,
no había equívoco alguno,
y supe que era ella.
Pero la luz de la luna
entró en la habitación
pude ver la cicatriz
en el alma de cholula,
y que cosa tan oscura,
y que miedo lo que vi,
y que pobre criatura,
dios se apiade de mi.
Salté del colchón
cual liebre furtiva,
sin soltura ni concesión
como quien ha visto a dios,
con la avidez del perseguido
sorteé el último escalón
y corrí calle arriba.
Siglos pasé
sin saber de Evita,
visitando cantinas
que no eran la suya
para eludir la noticia.
Pero esta mañana,
día gris donde los haya
mientras echaba un trago
en la fuente de la plaza
un gaucho me ha contado
afligido y cabizbajo,
que de nada le ha servido
a la risueña Evita
la cola de Beduíno…
el virus se la ha llevado.
De madrugada la encontraron
bajo el puente del río vida,
hundida por la corriente,
con la rueca aún inserta
colgando de su mano.
TRATADO DE REFLEXIÓN (9)
La imaginación es la herramienta
Portentosa del ingenio
Vacua en el hombre llano
Condenado al sepelio
De lo tangible y nada más.
Mientras el hombre sensible
En quien esta virtud se encarna
Es dado a construir imperios
Con un astil de costilla
Y un corazón de manzana.
Sin embargo el sufrimiento
Es Indeleble en su alma
El miedo absoluto
Es el precio que paga.
TRATADO DE REFLEXIÓN (10)
Fe empirista; ni somos ni seremos
El devenir es un camelo
Nada trajimos, nada llevaremos.
ALTER EGO (11)
Me vi cruzando la finca del horizonte;
Ahora todas las nubes están en mi cabeza
Soy la lluvia que cae sobre la arena
Soy tu brújula desquiciada sin norte
Cuando es de día soy tu noche
Soy la angustia que te priva de certeza
Soy el yo que habita tu conciencia
Y si te hundes seré tu resorte
El trocito de vida que te saque a flote
Cuando tu mundo pierda su color
Cuando la perfidia clave sus uñas en tu corazón
Y sucumbas a la hipocresía del hombre
Soy tu dolor tras el puñal de esa mirada
También soy tu falta de valor
El recuerdo cuando sales al balcón
Y evita que rompas tu alma contra la calzada,
Cerrando ventanas.
Soy tú frío y tú calor, tu llanto y tu alegría
El consejo sabio que nunca te sabes dar
Cuando lo necesitas soy tu disfraz
Y si te pierdes la luz de guía.
Cuando despunte el último suspiro del amanecer,
Y atrapado en el tiempo inmortal
Te veas flotando sólo en la inmensidad;
De tu mano allí estaré.
CHICA DE LA SEGUNDA FILA (12)
Corazón de melón, ojos de cereza
Certeza de amor, sangre alterada
Taconea tacón con esa gracia
Andares altivos de musa
De la blusa azul apretada
Crecen dos fresones con azúcar
De la fruta del pubis rasurada
Mermelada con canela en rama
Las lianas intrincadas de su pelo
Llaman a mis dedos
No lo puedo evitar
Y si me lanza una mirada
Con efecto, cruzada
Me cago de miedo
Me he vuelto a enamorar.
DISQUISICIÓN ENTRE LO BUSCADO Y LO ENCONTRADO (13)
Sujeto al vacío
Con notas que brotan
Alrededor mío.
Aliviado el gaznate
Evoco del tronco raído
Petulante escarcha
Y aromado vino,
Traes en tinajas
Sin embargo
Cien puñados
De grasiento pez
Que han
Si es menester
De darme muerte
Y en el tártaro aquél
Del pensamiento lóbrego
Encontrarte,
De nuevo encontrarte,
Oh mujer!
OCCIDENTE SANGRIENTO (14)
Los vientos que soplan del sur
Traen gritos y sollozos cálidos
A nuestro respirar fresco de Abedul
Que confort de vida aquí
Donde no falta ni un pábulo
Llenando cada barrica.
Cuando llega ese Simún
Trae resuellos intranquilos
Y gruñidos de famélicos niños
Con las tripas henchidas de aire
Del continente rojo baja la sangre
Que riega nuestros frutos
Quiera dios que el alma ecuánime
Les devuelva sus tributos.
Y no caigan más en vano
Que el brutal asesinato
Abra paso a la conciencia
Del hombre para el hombre
Igual a sus coetáneos.
MEZZOTINT CON ECCEMA EN EL PÓMULO (15)
Vuelven las calcificaciones a mi alma
Los celos de nuevo enmarañan
El intestino grueso, el delgado, el bazo,
El vino rancio, el pulgar, el ánimo desanimado.
Cuando el mundo se vuelve inmundo
Mi hado de gran viajero disoluto
De porte altivo y estúpido hedonista
Se embute en un chaqué de luto;
No hay un año que acabe bien
Mi triste esqueleto al lado del tuyo.
De vuelta a las tabernas bucaneras
Donde a la Bucán la carne se cuece
Convenzo a esa pantera con un soneto.
Ella me peina la raya a un lado
Y tenemos algunos excesos,
Excesos en un excusado
(Unos chicos beben agua en el baño)
Accede por la cremallera, me baja la piel
Y no estaba mal y bailaba con alegría.
Pero despierto dormido, tirado mal,
Y con el hambre del que no ha comido nada;
Y a nada me saben los besos
Si no pienso, cerrando los ojos con fuerza,
Que son aquellos los tuyos y estos míos
Los labios que ahora se besan,
Y aunque me pese es la única puerta
Para huir de ti sin concurrir la fría celda,
Ni degustar el cianuro, ni incurrir en reyerta,
No hay un año que acabe bien
Mi triste esqueleto al lado del tuyo.
Subyugado a la catástrofe inminente
De vivir el hoy como el último día
No puedo saciar esta sed inacabable
Si tengo las entrañas perforadas
Y Busco en la estela de la vida
¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?,
Una explicación a tu marcha
Y sólo hay manchas resecas,
Confusión y botellas vacías,
La postiza criatura que fingimos
A lomos de mi espinazo ha puesto un yugo
No hay un daño que acabe bien
Mi triste esqueleto al lado del tuyo.
TIERRA (ocno) (16)
Lo que la tierra un día te quiso dar
Mañana temprano te lo quitará
Y será tierra que sobre tu cuerpo arrojarán
Y será la tierra la que te llamará
Como llamó a otros que en ella ahora están,
Quien sabe quien hay en tu maceta
Quien sabe, misterios de la tierra.
La tierra da vida y quita vida,
Tierra axioma por determinar
Tierra cobriza, cuantos secretos ocultarás.
A cuantos como yo has visto pasar
Muda y silenciosa
Cuanta sabiduría has de llevar
Tierra; sueño de eternidad.
Tierra que has visto crecer
Al hombre desde su ancestral niñez
Tierra pleistocena, tierra medieval
Tierra infinita, tierra inmortal.
Ayer todos adoraban dioses
Los pintaban y colgaban de un altar
A ellos debían su existencia
Y en agradecimiento les ofrecían su bondad
Ahora conocemos nuestra historia
Borrascosa y entamada, incierta y viva,
Árida y seca, fecunda y morena,
Oh! Madre tierra!
Cuantas contiendas has visto librar?
Cuantos desengaños ocultarás?
Ay! si contigo pudiera hablar
Como lo hace Fito con el mar.
EL RÍO DE TUS OJOS (17)
El río manso de tus ojos
Tristes de necesidad
Ya no arrastra abrojos
Sabe donde mirar
El río manso de tus ojos
No quiere dar a la mar
Requiebra el silencio roto
De un corazón sin palpitar
El río manso de tus ojos
Ya no nace en mi jardín
Se marchitaron las flores
Todo oscurece sin ti.
El río manso de tus ojos
En su corriente me llevó
Por cinturones sin salida
Y cremalleras sin pasión.
El río manso de tus ojos
Bebe de otro manantial
Cansado de mi saliva
Y filosofía de diván.
El río manso de tus ojos
De mi charco se escurrió
Me dejaste sólo el barro
Y te llevaste el amor.
DAFNE (18)
(A Silvia)
Dafne hija del río
Envidia de la Luna
Piel tersa y blanquecina
Suave contoneo
De mar y de espuma.
Carne de avena
Se mueve sobre mí
Me mira fijamente
Inunda mi sentir.
Y cuando me mira
No se que decir
“son tan verdes tus ojos
capaces de teñir
de verde la luna,
mi alma de gris”
efímera como un soplo
de humo blanco de hachís.
Su piel me conmueve
No parece de aquí,
Es blanca muy blanca
Como el cielo del Cadí.
No siente amor
Pero algo ha de sentir
A palmos de su alma
Estalla una guerra incivil.
En el mapa de tu espalda
Que es el cielo añil
Cascaraja de naranja
Esta carta te escribí
Con la sierra de los dientes
Y el corazón en la boca
Esta carta que escribí
¿A quien se la doy yo ahora?
SUEÑO DE UNA NOCHE DE OCTUBRE (19)
Con el rabo del ojo pude verte,
Y tocarte, en mi fábula nocturna.
Me mirabas y disimulabas
Disimulabas y bebías
Cocías mi corazón
Y reías con tus amigas.
De pronto tu sonrisa,
Con ejércitos de nubes
Pululantes como cielos,
Llegó hasta mi vista,
Y el camelo de tu risa
Y la arista de tus ojos
Rodearon mi corazón,
Y sentí aquello que dicen
Se parece al salto libre
A volar desde un avión.
Jengibre y Ron eran tus besos
Cálidos como almohadas,
Mojados y cosquilleantes,
Y tu lengua sabia encontraba
Con soltura mis puntos turgentes,
Y alicientes no faltaban
Pues tu falda se libraba
De esas piernas por ventura,
Mi mano firme buscaba
Lentamente la hendidura,
Y abriste los ojos
Como un dos de oros
Y coros de gospel
Sonaron a la palmada de mis manos,
Y enanos con boina
Salieron de sus redomas,
Y pequeños diablos quevedianos
Blandiendo extraños aparatos
Recitaban viejos poemarios
Ya olvidados.
Las flores siempre mustias,
Salvajes treparon
Por las blancas paredes,
Con las cuencas
Olvidadas por sus laureles.
La delicada sábana
Henchida como por un fantasma,
Revelaba la pinga vertical,
Que adquiría en su mutación
Un tamaño descomunal.
Y Tú, hembra pícara,
Alcanzabas cotas de calor
Casi tropicales,
Y en desparrame aquoso
Brotó de tus manantiales
Saladísima agua y un olor,
Tan infame como excitante.
Y resolví como el avestruz
Meter mi cabeza en la cálida tierra,
Execrando los secretos
Por coquetos e ignotos,
Más reservados de tu estirpe,
Y la sin hueso que insiste
Escudriñando cada rincón,
Con fuerza y pasión
De tus paredes biológicas,
Y en la cuerda floja
Gimes y aúllas, gata loca,
Como si dolor te inflingiese,
Pero sé que no lo hago
Por que casi sin reparo
Agarras mi testuz
Y la inmovilizas con fuerza
Justo en medio de tu cruz,
Meridiano de los meridianos
Que cruzan la tierra,
Puerta de Troya de la entrepierna.
El periplo submarino
Agotó sus divinos frutos
Y salí al aire limpio
Tras la última cascada,
Tú, agotada y avergonzada,
De tí por tus gruñidos,
Yacías tendida en la cama.
Tras un breve descanso
De un salto te incorporas
En posición fetal invertida,
De modo que tu cara
Quedó ante mis rodillas,
Y en circular ondanada
Alegres nos devoramos.
Nos amamos por doquier,
Por cada salmo y epíteto
Por cada rincón muerto,
Una elegía carnal,
Un carnaval de besos,
Una bacanal de aprehestos
De esos que cuesta olvidar.
Pero los dos,
Criaturas inocentes
Dejadas de la mano de dios,
Jinetes alados
En el edén del amor,
Sin riendas ni engaños
Desnudos de calor,
Alegres nos montamos
En nuestros corceles,
E incesantes cabalgamos
Sin movernos del cuarto,
Hasta que la ciencia y naturaleza
Conspiraron en contra nuestra,
Y que tristeza el saberlo
Pero el magma del volcán,
Es magma sólo por serlo
Y tiende por condensación
A salir al exterior,
Y que cotidiana eventualidad
Que después de esto siempre ocurra;
La gravedad.
Al salir del portón
La calle gris
Hoy no lo es,
Y entono al aire
“In troibo ad altare dei”
PRECISO URGENTE (20)
Ya no queda nada
En un ataque de amnesia
Rompí todas tus cartas
A tus recuerdos hago autopsia
Mi alma fue mesa
Apoyada sobre nada
Trato de levantarla
Por tierra cae tirada
Preciso urgente clavo o pata
Que pobres los objetos
Que pueblan esta casa
Te llevaste la bombilla
Y bajaste las persianas
Mi alma fue nuez
Con visos de ser chafada
Tan cómodo el mortero
No vi venir la vara
Preciso urgente pegamento o ensalada
Bramó el banquero con lisonja
Pues bajé ayer a la caja
Tu chica ha dejado los fondos
A cotas siberianas
Mi alma fue fortín
Con almenas y blindada
Que fácil te fue abrir
Carmín, trencitas y falda.
Preciso urgente instalador de alarmas.
Ojos rojo-vidriosos sin parpadeo
Hendido el metal en la carne
Suelo ausentarme antes
De que me mate la tarde
Mi alma fue reo
Ante tribunal ciudadano
Me diste la eximente
Por estar intoxicado
Preciso clínica con suelo acolchado.
POR LO QUE MÁS QUIERAS (21)
Me prometí no ahogarme
Y arrastrándome me encuentro cada día
El sueño es que llegue la noche
por soñar con el principio
verte en cada resquicio de la ciudad
en cada lugar nuestro
me está haciendo mucho mal
Que triste esta vida
Cuando buscas unicornios
Y encuentras balas
Que encañonan tus costillas
Y en la mirilla el mundo
Como un depredador
Viniéndose encima tuyo
Al pozo al que he caído
no hay soga que me alcance
ni luz que penetre al filo
pues la lucha es conmigo mismo
de verte aunque no estés
y teñirme de tristeza
y abrumarme con la bruma
que envuelve mi cabeza
y pedirle a la luna
tráela de vuelta
por lo que más quieras.
LETI (22)
Quien dijo Soria es Machado
Me pica…que Soria es Leticia
Desde el manantial ajado
Por años de bocas sedientas
A la cuesta añeja… todo es ella.
De la cabaña del río que los niños
Destablamos en primavera
A la hilera de juncos del puerto piqueras
Todo es ella…
Cuantas veces en su casa
La visité sin estar ella
Y grité su nombre con fuerza
Sin más respuesta que la estela
De la luna que asustada
Me miraba con tristeza
Las cárdenas roquedas del poeta
Son tretas para guarecerme
Del cobalto-azul de sus ojeras
Entamadas por la niebla
Al volver de la verbena
Todo es ella…
Otras veces en la arena
A la vereda del río seco
En tiempos tan repleto
De amor y algarabía
Gravé sus siete letras
Esperando que las viera
Pero debo de ser fuerte:
Todo mengua, nada queda.
TRATADO DE REFLEXIÓN III (23)
Reivindicación contra el mes de Marzo
¿Quién fué? ¿Quién puso a Marzo en medio de nuestros días? ¿Fuiste tu Cronos, furioso en tu trono de arena fina quien dispuso el calendario de lunas, o fue la misma espuma del mar en su beso eterno a las playas Etruscas la que decidió importunarnos de esta manera, o tal vez quien afirma ser sangre de cordero y transustancia proteica –inter corpore- con su vara de Fresno, recia y majestuosa, quien ordenó tallar en dos tablas acaso, entre los microsurcos y corpúsculos de las piedras y con escritura micénica anterior a él mismo, el ideario del tiempo incluyendo a Marzo?.
Las cortezas de los árboles están negras en Marzo, las espaldas de los escorpiones negros siguen aún debajo de las rocas campeando el invierno. Muy astutamente nadie apuesta por la primavera por que Marzo es gris. No es el blanco de los tejados colmados de nieve cálida ni el tostado ambarino de la piel en primavera, ni frío ni calor, ni carne ni pescado, ni odio ni amor, ni monárquico ni republicano, ni silencio ni estruendo, el justo punto de equilibrio en el segmento medio de la demanda de estufas mantas y petucos, y la comezón sudorosa e incipiente oferta de toallas disparatadas de colores y cubos y castillos de playa. Eso es Marzo; falta de decisión, y es que este mes no tiene idiosincrasia ni carácter, no se moja nunca…y esto trae al orbe y al panal de abejarrucos que lo sobreabundan lóbregas consecuencias:
- Quién llamó en Marzo?
- Nadie llamó.
- ¿Se firmó en Marzo acaso, de aquél año seis del segundo milenio después del alumbramiento del profeta cuyos huesos son dos sextercios de santísima trinidad, ponderados a peso según la diáspora del libro viejo, por fin el estatuto de autonomía del mundo?
- Me consta que no.
- ¿Quizá tuvimos noticia en Marzo, compañera alma, de aquella muchacha sonrojada y coqueta, bella como el espejo de las sirenas, que llenó de luz cuatro años de nuestras vidas entamadas y cuya éjira culminó en la región boscosa de los Fiordos, en la Costa Sueca?
- Sin noticia.
De que el tercero de los meses es el peor de cuantos haya no cabe duda, de que marzo es el funesto y aburrido de todos los hermanos que pueblan infinitos calendarios a lo ancho de la bóveda celeste no hay quien lo discuta, para prenda un botón y si tengo que probarlo diré que en marzo nací, tal día como hoy hace veintitrés años.
Sin embargo comienza a inquietarme la idea de que todo lo malo del marzo presente sea esta ausencia de acontecimientos, que el vicio supremo sea la ausencia de cosas, esto es, la nada, por que en definitiva cada vez que mis pies de suela de cuero han sido alcanzados, año tras año, por la ola de viento de Marzo me ha sobrevenido alguna terrible desgracia; el mejor de los Marzos algún pobre hombre ha querido convidarme al banquete de su idea genial que había de reportarnos pingües beneficios y que no me reportó más que la quiebra, o aquél otro en que mi olfato de perro viejo me hizo apostar hasta los calcetines en las 1
carreras de caballos olvidando que estaba constipado y mi olfato podía fallar, o el Marzo terrible en que una mujer me dijo que me quería.
Expirando está el ultimo suspiro de marzo y no alcanzo a creer que no haya de ocurrirme un tropezón., alguna desventura o mal de ojo, algún cristal roto o despeñarme cabeza abajo desde algún mueble, así que decido enclaustrarme en casa hasta que abril llegue. El computo de los días marciales, encarnado el mito del dios beligerante en mi persona, ultimando estaba su aliento, era día treinta. El reloj de la sala con todas sus puntas y esferas de bronce, regateado en el mercado de Salónica a un hombre sin alma, marcaba aquella noche las veintitrés horas y trece minutos, andaba yo incrédulo por la casa casi frotándome las manos de alegría al no haber sucumbido a la desdicha habitual en estas fechas…”esta vez no podrás destrozarme, esta vez he sido más listo que tú, tu hechicería no traspasará estos muros, esta vez no me darás caza mes maldito” y después resolví de antemano quedarme también hacinado el marzo que viene, sirviéndome de precedente la victoria de este.
Celebrando estaba mi triunfo sobre el destino, descorchando el laurel de un Oporto del 79´, embebido en mi mismo, recitando a Espronceda, brincando como un corzo en la ceremonia de la berrea, en pleno soliloquio cuando con un aullido de aguja sonó el teléfono, sólo entonces reconocí que Marzo estaba aquí, probablemente agrandada la desdicha que me reservaba por haber esperado tanto ,la bola de nieve que había de aplastarme y sepultarme había ido retroalimentándose de si misma hasta tornarse en gran alud, Marzo quería reír el último, la manera de aparecer era inconfundible, tan estridente y pérfido.
Yo inmóvil contemplaba temblar el aparato muerto de miedo, una paloma negra con grácil gesto se posa en la ventana, amarré el plástico..
– “Marzo insértame de una vez en tu daga fría, bríndame el último y mortal estoque, estoy preparado, habla…”
Pero el orden del cosmos, con ánimo alevoso y de ensañamiento, había preparado para mis funerales la más bella de las formas, la lengua bífida de la serpiente, el veneno, el enterrador que había de arrojar tierra sobre mis huesos, mi barquero avaricioso, era una mujer. Y sonó su voz como un presagio :
– “Donde has estado este tiempo? Te anduve buscando porque…porque de hecho debo decirte algo , verás… (ella divaga y titubea) no se porque lugar empezar, antes que nada quiero que sepas que has sido lo mejor de mi vida…(ella redivaga y retituvea…le tiembla el timbre), tu lo sabes. Pero…de un tiempo a esta parte…es que hemos cambiado tanto…tu sabes que kiko y yo siempre nos hemos llevado muy bien y creo…”
Con brutal estruendo colgué el teléfono sin mediar interpelación.
Me dirijo a la cocina, las cortinas del ventanal están apagadas, las luces cerradas, el ambiente es hostil aunque no son más que termitas en mi córtex, en el alféizar la postrada paloma negra mira atenta hacia el interior del inmueble, tiene sangre en el buche. En la habitación quedan aún haces de luz más mi cabeza está totalmente oscura, no hay dentro lugar para la esperanza, es como una bruma que no atiende a razones ni fundamentos, se instala en ti y ya está. Alguien me coje de las solapas y me empuja al precipicio, preparo un cóctel de medicamentos, en la etiqueta del vaso puede leerse en copto la palabra Hoy, con un hilo de voz y el gaznate espumeando un fluido blanco, doy mi último adiós a Marzo entonando:
- Mes de entre los meses, cabeza de las reses flacas de mi vida, ya tienes lo que querías.
Una gota de sangre cae sobre el mármol blanco, y levemente se expande. La paloma alza el vuelo.
ELEGÍA A SILVIA (24)
Nos dio la vida lo que merecimos
Un teléfono desconectado
Un amor que explota y mata
Un puñado de latas de conservas
Caducas y amarillentas
Un billete sólo de ida
Una vuelta sin regreso
Y el peso de la certeza
De no verte más
Con la ansiedad de imaginarte
En cada parque en todo instante
Aún tan presente, como al lado mío
Reprobando o consintiendo
Brindándome besos
O con elocuentes gestos
Enfurruñándote.
Sin mi hospitalidad ni permiso
Haciendo caso omiso sigues
hacinada en mi alma
Sin poder extraditarte
Sin armas para enviarte
A rincones sin memoria
Ni parapeto donde esconderme
Del lienzo de la pared
Cuando de él
Como un borrón de pincel
Apareces en sombras largas
Y muerdes mi corazón
En la noche amarga.
Lo ingrato es la madrugada
Cuando asirte en la cama
es asir el aire y al despertarme
El mundo que se viene encima
Y pongo pie en la tarima
Tan lento como esos muñecos
En reserva de pilas
Pues no hay vector
Que si ti yo siga.
De día cojo el autobús
Bordeando la costa
Yo estoy dentro, en la inopia
Mirando al mar
Pensando en cada lugar
Que ya no visitaremos juntos
El vendedor de humo
De la rambla de las flores
Que reclamando un duro
Amable nos saludaba
O el cine de plaza España
Cuando tan inocentes
Nos juramos perpetuo amor
Con el juvenil sabor
de palomitas acarameladas
y cientos de alondras
revoloteando en nuestras entrañas
y el pecho lleno
de francas palabras
como el agua pura
aún desclorificada
Ahora el tiempo ya no apremia
ahora mi vida es esa botella
desde la arena lanzada al mar
y mi mirada la del loco
que al viento quiere abrazar,
y cada día un rato
alguien me dice “al viento
debes dejarlo volar”,
me resisto poniendo losas
a los que osan pronunciar
indicando con énfasis:
– debes aprender a olvidar-
yo furioso les replico
con la red ya en la mano
– al viento debo atrapar!-
Y no pierdo más tiempo
a lomos de un ejercito
sangrante de recuerdos
trepo a las alturas
a lo alto del puerto
donde enjuto y taciturno
te cuento mi postura
mis querellas e insomnios 2
los dolores de mi cuerpo
y lo que he comido hoy
esperando tu respuesta
en la soledad de este desierto
y entonces me doy cuenta
de que ya no sopla el viento
La herida fue un corte limpio,
quisiste hacerlo bien,
no verme más,
yo por no atar
del tallo de la flor un palo,
por no transigir
no puse candados
atados a tus maletas,
ni tretas de esperanza
ni compuse alabanza
para arañar tu corazón
por que en materia de amor
cuando la bala está en el cañón
debe partir rauda.
MILICO (25)
Dime bravo Hermano,
¿Qué buscas con tu mano
Al tirar de un gatillo?,
¿Qué hallas en el ruido
Catódico de un disparo?
Dime cuál o qué atractivo
Qué fúnebre agrado
Te conduce decidido
A arrasar los campos
Que con sudor han florecido.
Tal vez yo, confundido,
Piense que tu no has pensado
O quizá te han persuadido
De que defiendes algo.
Tristemente no hay engaño
Porque sé que cada noche
te retuerces en tu lecho
cuando aparecen los muertos
que anteayer has matado
esos niños de la mano
te buscan sin descanso.
Sólo te pido, fiero milico,
que de esta noche en el filo
cuando acudan a su cita
escúchalos, no apretes el gatillo,
no los mates otra vez
como te matas a ti mismo.
SACRORUM SACRAMENTUM (26)
(Paroles Touchantes)
Abrillántese cada quién su lámpara de Aladino
juegue el niño escolapio sin rubor al solitario,
desclávense uno a uno los clavos del Cristo
póngale canas al aire a su aburrido Francisco,
si el desamor es un brinco hacia el abismo
escupa al porvenir un lapo por el colmillo.
– Je ne parlé pas competitivité, je parlé gerenerosité
No hay peor carta que la que no se empeña
que no sea el Prozac el que te la venda,
encabrónese el buey con la noria de giro
arénguese el cobarde con pan de higo,
si la vida te da la espalda, álzale la falda,
dale un touch en el culito.
– Je ne parlé pas logique, je parlé generosite
Quién sabe si el dios jugó a ser Mephisto,
Si el destino se deja ya encajaremos bolillos
Cuando el ocaso último nos quiera envejecidos,
Tiempo tendremos para buscar el tiempo perdido
En cajitas de cenizas de lo que hoy no vivimos.
– Je ne parlé pas logique, je parlé liberté.
ESTORNUDO DADAISTA (27)
Dos copas y bombín
Un armín y dos rocas
Muertas de ganas de vivir
Un cristal roto
Una foto color sepia
Dos sextercios de plata
Para comprar flores de loto
En el todo a cien de hojalata.
Cien oblatas por recibir
Tu cuerpo hecho carne
aquella tarde de abril
Doce chozas elamitas
con grietas por suturar
El manjar de temporeros
Y salados frutos del mar
Agriados en nuestras bocas
Por no saber cocinar
El gavillar de pícaros
Puntual como hay dios
En corrillo de caza
A las doce menos diez
Te piropean al pasar
Y al entrar en redacción
Hoy como cada día
Te recuerda el detector
Que ese anillo de pedida
En casa debiera estar
Abrazar al sol quiero
Pero el sol es helio
Nada más, imagínate,
Dándole la gente
Las llaves del destino
A una mancha de helio
Eso si no pretenden
Conquistar el océano
Y que van a hacer
Cuando tengan llenos
Los bolsillos de agua
O como al nazareno
Le clavan lanzas
Para después de muerto
Que hemos hecho
Rezad alabanzas
Que combulsión
Que esperpento.
LA MEJOR VACUNA (28)
Mal se camina con el alma debajo de los pies,
Y el ayer colocado como un rosario de espinas,
Entre la coronilla, el adiós temprano de una mujer.
El cuerpo cansado se adentra en las ruinas,
Lo bello que ardía cede su lugar a la dejadez,
Y un teléfono maldito parece estar sin línea.
El tiempo que en la noche malvendí a la luna,
Fue mácula de sangre a tu limpia y sincera brisa,
Sin premura al punto grité, llévame contigo locura.
Encontré muertos cuando hilvané pesquisa,
Sin más camino que vereda sola y oscura,
Anduve perplejo y mudo, mas contuve mi ira.
Buen día escampé al olisquear en tu basura,
Y me diste el antídoto que salvó mi vida;
El amor propio ofendido es la mejor vacuna.
LLORAR MUY ADENTRO (29)
En el mar de Argos,
Lugar de naufragios
De almas errantes,
Perdí un frasquito,
Licor de Lisalde
Con mis palpitos
Y un laberinto.
Rastree las playas,
Los apeaderos
Donde van las rayas,
Que de mi mente
Son el torturador,
Cada partícula ,
cada tejido
entremetido
de mis sesos,
cada minúsculo
espacio de tiempo
en mi mente impreso,
cada destino
por descubrir,
cada rastro
de vida poblado,
cada partícula mía
de sangre agria
tiene tu sabor,
cada respiro
tu perfume
y tu olor,
cada idea
tu presencia
inevitable,
es mi sangre
la que te lleva
no soy yo,
grabada
con un cincel
en mis amarraderas.
DONDE ALMACENO EL AIRE (30)
Ansío esta noche encontrar,
Tal que luna en vergel de vientos,
En alguna cálida página virtual,
Una mujer parecida a tu espejo,
Y beber de ella tu manantial.
Y usurpar de ella tu cuerpo.
Presiento más sólo y tuerto,
De los dos ojos y enfermo,
Aún terco como una mula,
Girando la noria sin premura
Y Libertino de estar libre,
De la liebre que no alcanzo,
Del alcanfor que no tiñe,
Mas que de negro mis zapatos,
Que de tan prietos y ajados,
He concluido andar descalzo.
Te sueño empacando mis sesos,
Entre vientos y escaramuzas,
Reviento en el azúcar de tus pechos
Y por si también eres tierra quisiera
Ser el temblor que sacuda tus cimientos.
Mas si la indiferencia me doliera,
Más de lo natural y cayera muerto,
Quisiera sin acierto olvidarte,
Abandonarte en cualquier desierto.
Luna de marinero, ojos verdes,
Apeadero de corazones inertes,
Vigilia y desvelo de mis carnes
Guante de lana de mi mano fría,
Utopía de mis quieros y desvelos
Granero donde almaceno el aire.
DESVELO (31)
Sin más dueño que el desvelo
Me recreo en Siracusa
Pues no hay cosa más hermosa
Que viajar en un tren quieto
Sobre colchas de lino y viento.
Atravesar atardeceres rojos
El pitofio del senado
De la roma republicana
El del insigne Adriano
Bramando puño en alto
Gritando antes muertos
Que al enemigo acobardados.
O la nana de Andrómeda
Al enano de david,
O draculín con colmillos rotos,
Que a falta de sangre,
Llora mientras muerde fotos.
ORDEN CÓSMICO (ocno) (31)
Todo tu orden es perfecto
Me conmueve al nerviosismo
Planetas que cruzan trayectos
Agujeros que son abismos
Amasijos de hierro suspendidos
Precipicios hacia ninguna parte
¿Por que impulso sois movidos
Casiopea, Plutón, Venus, Marte?.
No cabe siquiera imaginarte
Irrupción vital de lo fortuito
¿Cómo en neuronas cercarte?
Eres gigante y estas maldito
Te grito y vilipendio al oído
Y permaneces igual de quieto
Nunca te vi tomar partido
Y te entendí moralmente neutro.
El centro paradójico pienso
Es tu inmensidad sin ser materia
Rompes lindes de espacio y tiempo
La muerte no es en ti una certeza.
Estrellas en enjambres de arena
Esbozan con luz estoicos arqueros
Divagan meteoros dejando estela
Y algunos hombres piden deseos.
No sigues método ni usas apero
Sólo el azar es resorte de vida
Devengas increíblemente violento
Pues tu condición es antinomista.
Lo agrio e inevitable es lo negro
Y el buque sol tu luz maestra
Lo terrible del coloso universo
Es la tentativa de pensamiento.
NOCHE DE AUTOS O EL SUECO (32)
Hasta entonces nuestra vida
bebía de lo dulce y lo amargo
como todo hijo de vecina
cosía heridas y cantaba tangos.
Como amante nunca fui Rambo
sucede que tú tampoco Casilda
pero menos da un perro flaco
o una ristra de bolas chinas.
Tu, carita blanca de niña pija
y tus braguitas de azul lugano
adicta al ritual del vaso y la üija
y loquita de amor por Calamaro.
Paseábamos cogidos de la mano
tanteaba tu falda una suave brisa
si apretaba el calor, Calippo helado
y rambla abajo sin pausa ni prisa.
Arrendamos un piso en Santa Fina
y durante cien noches nos amamos
a las siete el gallo, cortado y oficina
yo parado y barbudo fregaba los platos
Una noche de estrellas amarillas
tal que en juicio la noche de autos
al no dormirme y a pies juntillas
te oí hablar refugiada en el lavabo
Sin ser curioso no fui despistado
memoricé las señas de la cafetería
y el nombre hiriente de aquél fulano
que aún grabado está en mi retina
El buen ladrón roba a buena familia
y doble merito engalana su atraco
pero a un pobretón cara de sardina
no ha de robarle un sueco tan alto.
Con pijama, gorrito y trastornado
agarré el cascanueces de la cocina
descendí al trajín del sub-urbano
allanando al sueco la laguna Estigia
Sorteé al rudo y durmiente vigía
y trepé escalones hasta el asfalto
me fue fácil encontrar la salida
y el bar que él le había indicado
Un haz de monjas escandalizado
puso al punto pies en polvorosa
al ver mi innoble aliño indumentario
y al diablo pintado en mi cara roja
El galán portaba una pérfida rosa
allí estaban, besándose ufanos
parecía ahora mucho más hermosa
él, tras el beso le seca los labios
Parecía un banquero por perfumado
con ademanes chic de alta estofa
el gesto impasible y descafeinado
me dije “este yupy de mi no se mofa”.
Emprendí hacia él vuelo de raposa
con el cascanueces dentelleando,
en el suelo quedaron sueco y rosa
y en mi mano su género sangrando
Me vi de pronto con eso en la mano
la adúltera y apátrida aullaba llorosa
el sueco retorcíase y aun bramando
juraba en hebreo indescifrable prosa
Lancé el bálano intruso de tal forma
que en la azotea quedó postrado
de un bus urbano de la línea roja
que entre humo arrancaba el paso
Ella un instante quedó cavilando;
-o ando a prisa tras la grandiosa,
herramienta de tan gloriosos actos,
o con mi amante quedo y su rosa-.
Hiciera la bella una u otra cosa
o a la cosa o al sueco sacrificamos
usted o yo hablando en prosa
dejaríamos de lado al bulto amputado
Siendo elegantes y seres humanos
en efecto ella pensó la misma cosa
y dejando de lado al bulto amputado
empredió tras la dicha la línea roja.
Desde prisión escribo esta historia
en la disyuntiva entre amor u orgasmo
todas a una, excepto las monjas,
sanciónelo el rey como ley de rango.
TE VI (33)
Te vi,
Paseabas con el poncho en la mano
Deprisa y segura, bajo tu delicado brazo
Algunos papeles del juzgado a la notaría
Te vi,
No se si más más hermosa todavía
El tiempo acertabas, bien te respetaría,
Confiarías de nuevo la suerte a tu arte
te vi,
como un huracán en la azorada calle
despertabas ovaciones por tu talle
en los oficiales de obra sin camisa
te vi,
acerté cuando pensaba que altiva
jamás cambiarías tu ideas por mi vida
ni mi vieja biblioteca por tu ambición
te vi,
una vez más tenías toda la razón
conseguí al fin sobornar mi corazón
y mudarme al son de la canción política
pero hoy te vi,
y despertó en mi la antigua tristeza
de los días fatales cuando era presa
de la incerteza de tus labios hipotecados
te vi,
y aun callado se me escapó un suspiro
que dejó ir la sed de lo que pudo haber sido
y que sólo es, un cajón prohibido que no abriré.
ALICIA (34)
No soy coronel y tengo quien me escriba,
Más la escriba remitente no es quien quería ,
mándame ya vida mía la cartilla de la guerra,
siembra flores negras también en mi maceta.
Devuélveme el luto que vestí en tu compañía,
saca mi alegría a rondar ociosa en cofradía,
ilumina con tu rostro mi alma en prevenda,
véndame los ojos, bésame, devuélveme a la tierra.
Persónate, cúrame ya, sal de tu fotografía,
Prepararé drogaína y el mantel de margaritas,
Alicia, las maravillas que esculpe tu cuerpo
Me traen a mi tan muerto como el primer día.
HELENA DE TROYA (35)
Helena la bella
Llora y calla
Su cara blanca
Marmórea y sacra
Parece la tapa
De un ataúd.
Cubre su pelo
un velo de tul
un claro azul
de cielo revuelto
es el efecto
que producen
sus ojos .
Tiene esbozos
de sangre ajena
su alma negra,
de sangre negra
su alma Aquea.
Acarrea la pena
De mil muertos:
La arena de troya,
El vasto cetro,
Helena
Se encuentra sóla
En el universo.
Su cuello largo
De garza blanca
Enzarza prismas
Que forman piedras
Traídas para ella
De aquél lugar
Donde las sirenas
A navíos cantan.
MAITINES (36)
La parroquia de los óvalos no supo obrar
Entre cópias apócrifas y el santo grial
Naufragó el clero en vasos de vino
¿Derecho divino decís? ¿Sanción real?
Granada la mora y sus campos de trigo,
Otoño de sustos, tributos al tribunal,
Orinal y paño mojado para el frío soriano,
Anciano le cedo mi vara y mi orfidal.
Ocupándonos del mar y sus despojos
Perdimos la llave de los jardines,
Terrenales con frutos rojos y cupíes
Y sabanas con flujos de rutina
Y testimonios de siglos de otoños cortos,
Y solos de guitarra en molinete:
Bellaca dame el son de tus violines
Para que yo pueda cantarle a tus ojos
De postín y con carantoñas en retazos
Deposité los legajos de nuestro amor
En el censo de los que mueren por vos
Siendo el último de una serie atroz,
Para ti culebrón, para mi un tiro en el seso.
UNIVERSIDAD (37)
Las hojas tocadas por el sol
En aquél parque tranquilo
Parecían cristalitos dorados,
Aun recuerdo como el viento
Balanceaba de uno a otro lado
Las copas afiladas de los abetos.
Sólo de vez en cuando,
algún pellero universitario
Paseaba con su carpeta roja
Rompiendo la paz de nuestro sueño.
El temple de tus labios
Sosegado, daba paz a mi joven corazón
Que inquieto martilleaba
Como un tambor en carnavales.
Los días que convocaban mani
Quedaban las aulas desoladas
Y habitadas las plazas y calles
Por estudiantes que protestaban
Contra cualquier enmienda del PP.
Tu y yo no entendíamos de nada
Más que de besos y tiernas palabras
De labios apretados y mejillas
Y briznas en los pantalones
Y ropa interior en todos los rincones
Y escarcha en vena si no aparecías.
FIN DE MIS DÍAS (38)
Las noches fumando en la ventana
Son ya tantas que a decir verdad
Empiezo a temer que no aparecerás
Y quedarán mis huesos ad aeternam
En el alféizar de este triste ventanal.
El occipital de mi cráneo ya hueco
Sobre mi vasto esqueleto irregular
Se verá atravesado por el viento
Y habitado de hormigas y humedad
Mientras espero nuestro reencuentro.
Las cuencas donde giraban mis ojos
Siempre rojos por espejo de tus labios
Quedarán por siempre aquí mirando
Aun sin iris, ni retina, ni vista, ni lóbulo,
Dirigidas hacia el sur, siguiendo tus pasos.
Mi esqueleto roído por los puercos años
Permanecerá rígido como espina de pescado
Lleno se muescas como un viejo árbol
Una por cada caricia en mi costado
Como aquél nazareno que crucificaron.
De pronto; que atrevimiento el no ser,
Y permanecer sin embargo esperándote,
Que sutileza un cráneo vacío y de ayer
Lleno de archivos, fotos y garrotes
No corpóreos pero presentes que arden.
Que negra fiesta la mía en la ventana
Compartir el batir de alas de los pájaros
Despilfarrando el tiempo sin hacer nada
Como una de esas figuras de alabastro
En el catastro de los muertos que aun andan.
SILVIA (39)
Silvia silva;
Mientras le hago el amor,
Silvia salvia;
Divinorum et corrupta,
Silvia solfa;
de violín y bandoneón,
Silvia sibila;
Que desnuda desayuna,
Silvia sóla,
No me lo creo ni yo.
Silvia salva,
De la quema incluso a Roma,
Silvia sueña;
Entre playas de cemento,
Silvia salta;
Con sandalias a la comba,
Silvia seña
De amor con linimento
Silvia saliva;
A media luz en la alcoba.
Silvia sátira;
Recita en un baile de máscaras
Silvia secta,
De la recta virtud del pecado,
Silvia sádica
Si hay plástica de caras largas
Silvia sonriendo
Es como un bombón envenenado
Silvia salina
De cal o arena según las cartas.
ATENEA (40)
Anduve nadando en lagunas de estaño,
Desde luego, sin pretenderlo acaso,
Me alegré al ver las miserias ajenas.
Recién te dio por acelerar el paso,
Ante la crónica de una muerte anunciando,
Lo mencionado en anteriores entregas.
Siendo los dos losa de eslabones perdidos,
Siendo sapos que gorgotean henchidos
El gotagota de las mentiras que trinan,
El gorjeo añil de dos pajaros mojados,
Que en distintos nidos y acatarrados,
Toman aviones de papel que no vuelan
Perdido ya el tren que conduce al paraíso,
Pusimos rumbo a Itaca que sin ser lo mismo
Es bonito y tiene vistas y el mar te rodea.
Allí ocupamos un céntrico y modesto piso
Y en la fachada más alta colgué del friso
Una pancarta: vivo con la misma Atenea.
Atenea y su rubia melena
eran la afamada panacea
sueño preferido de cualquier mortal.
Que chasco, si tu supieras,
que era una rubia cualquiera,
ni más guapa ni más fea que las demás
El tiempo como un dictador hizo resumen,
De improperios un tosco volumen
Habíamos repleto sin escribir una sola letra.
En la balanza que pondera pesa el crimen
Del tanto al duplo más que los magazines
Con daguerrotipos de amor a manos llenas.
Para llorar lo vivido utilicé unos Cleanex
Y las crines de un caballo en balancines
Para huir en vano de sus trucos de trilera,
Tan lento anduve y jugando al despiste
Que allende los mares, en los confines,
De la patagonia perdí de plástico una joya.
Atenea y su rubia melena
Eran de cubierta la bandera
Barco que cualquiera quisiera tripular.
Que chasco si tu supieras
Que el casco incluía grietas
Que vaciaban su mollera de sal.
EN OCASIONES (41)
En ocasiones encamado impreco a dios
Incentivándole a existir, a curarme este dolor
Que no me deja vivir, pero jamás apareció.
En ocasiones me descubro enfermo
Y sólo quiero pastillas, para huir del infierno
De esta esquizofrenia, aunque sea al limbo.
En ocasiones una fina tela de juicio
Extendida sobre mi, me rebana el quicio
Y sin saber que decir, me enclaustro en mi mismo.
En asiduas ocasiones termino siniestro
Por mirar al retrovisor, y no se ir recto
Y donde encierro al dolor hay un agujero.
En ocasiones temo por mi vida y parapeto,
Al rufián que soy mediante orden de alejamiento
De mi mismo, y así me tengo contento.
En ocasiones diarias castigo mi cuerpo,
Con terco ejercicio para arrugar mi cerebro,
Para contraida la rábia al menos matar al perro.
En ocasiones la posición del astro mayor
Entama mi vista, y donde sólo hay ácidos
Descubro pistas de asilvestrados dinosaurios
En ocasiones me inclino al letargo,
Para no ver mantengo los ojos cerrados
O gasto binóculos de cristal muy opaco.
CONCHA Y SU CONCHA (42)
No recuerdo los pechos de concha,
Pero ancha recuerdo su concha,
Y linimentos manchando mi tocha,
En contratempo su judía pocha
Mi fresno tieso engacha y escamocha
En la cancha de amor de concha,
Se derrama una mancha y agacha
blancas cachas que me enchochan,
Y la última tacha fumo a pachas
Empachado de tanta concha.
SALVIA (43)
Savia de Salvia sabia
Me salva de Silvia (silvante sílfide sibilina)
Salvas de silvos silentes; silenciados.
GRANJA DE IDIOTAS TV (44)
Creo que fue en el noventa y siete
Cuando la guerra del petrodólar
Fue Año de angostas temperaturas
De esos granizos que desbrozan
Hasta la fe y la mitra de los curas
La vida política era convulsa
El gran muro se había desecho
Pero otro muros cimentaban
Sollozos de rabinos en lamento
Con sus tocas y largas barbas
Enrolladas por si el caldo…
Nada de puerco no hay manera
De que prueben unos callos
Con las calzas al fresco los nativos
De aquí y de alli o en los desiertos
Áridos y de agua desprovistos
Erraban en busca de alimentos
Entre esqueletos de ñus muertos.
En el noticiero de telecinco
El ruiseñor dio sus últimos tonos
Nosecual torero era recibido
En el ruedo con bragas y sostenes
Y gritaban las mujeres ven conmigo
Bríndame a mi tus estoques y vaivenes
Entretanto un verano azul descolorido
Saboreando el primer ful en los laureles
Con pancho, Piraña y sus biciclos
Meditaba yo que lo de chanquete,
Que fue muerte natural según se dijo,
Gobernando ya la audiencia en la tele
Podía no haber sido un accidente
Pues un Gran Hermano tomo su sitio
Y el marino y la pintora y el gordete
Y su barca, gorra y pipa de marino
Relegadas al formato uve hache ese
Quedaron para las gasolineras.
MEMORIAS DE LA ANTÁRTIDA (45)
A sábicas que no soy tan buen ladrón como para tu cartera,
Con tan poquita tela que cortarte y enredarte a estas alturas,
Y además con garapullos de cobarde, te pido dos cervezas.
Tu sonríes de media comisura, y embelesas con una mueca
A mi cabeza en la luna, invitándole a otra vuelca de tuerca,
Y la da desde luego, y me contento con verte desde ahí fuera.
De suerte si la hierba es buena, fragua mi ingenio aventuras
Y me pienso un censo de mujeres bellas; Marylin, Ella Fitgerald;
Julieta, Cleopatra, Eva; Mona Lisa, Kim Básinger, La magdalena.
A resultas que en todas ellas, aun cotizando su hermosura,
Y tantas veces retratadas en escorzo y aun en literatura,
No hallo en su figura más clamor que en tu larga melena.
Ante el agravio un tanto injusto de tener ellas un álbum,
Un reconocimiento público in memoriam de su belleza,
Escribo estas líneas en protesta, ebrio y discrepando,
Y juro ante notario que eres más hermosa que cualquiera.
Sucede, que al no hallar en el globo ojos a la par de los tuyos,
Que miran así tan duro, y grandes y andaluzados cual cordobesa,
Que no besan más que al suertudo que en casa despierto espera,
Y es un orgullo, una proeza, y esto último también me embelesa.
Pues es hercúleo el trabajo de desmirar cuantas miradas absorbentes,
Y te cansa y debes de estar harta, de tanta pupila hambrienta
buscando tu piercing de sirena, tu rabadilla tatuada con motivos
trivales, y por este motivo yo suspiro y me doy media vuelta.
Me hacino en la barra, enciendo un cigarro, entablo conmigo
Íntimas conversaciones, practico la indiferencia, frunzo una ceja,
Otro cigarro que humea y cuan paradójico es el género humano,
Apuesto que cualquier ferroviario sabe del amor más que el poeta.
Al ser tan generosa y de corazón grande, al vernos tan pobretones
A un servidor Sancho, y a mi compay Don Quijote, nos tratas
de etiqueta, dibujando la treta a expensas del común que dirán,
nos cuelas dos cervezas por el gañote, sin que te vea el de la coleta.
Me incorporo, regreso del platonismo con que aquieto las ideas,
A través del ancho cristal se ve el mar que es laberíntico,
si en los bises y a media luz ponen a Fito, te miro y de papel
me vuelvo, y casi pareciera que vivo para tener algo contigo.
Dicen que se ahoga más gente en los vasos que en las mareas,
Y cuatro años de tercos naufragios van con bandera apátrida,
Cuatro años de buscar tu mirada entre el hueco de las cabezas,
Al son de guitarras talegueras, en este islote que llaman Antártida.
PROSEMA (46)
Vacilantes yerran coquetas hermosas damas calle de la Unión arriba,
Embriagadas de si mismas y alcohol como sirenas en arena se tambalean,
Tantean sus faldas cimbreándose la cadera en molinillos,
Ojos masoterápicos que acarician cuando miran cuanto tocan,
Saben siempre su lado bueno, no se andan con chupadorcillos;
O eso, o; auto descapotable, casona, noble cuna y agimnasiados. .
Así los prefieren, la mollera de sal les da igual si vacía o llena,
Luego ven televisión y engordan hasta el día último ese nosequé de las trompetas.
Pero sonríen, se amapolan y sonríen, se perfuman los pinrreles incluso,
Y la uñas y se bañan, también la ropa interior perfumada; labios carminados.
Extraños palillos ,como esos de los chinos llevándose el sushi a la boca,
Colocan eso, dos más simétrico que uno, eso engarzando su cabellodorado.
Ella también con eso y ondulábaselo con algo creo caliente moldeando sus rizos,
Me temo que padecía de perfeccionismo, el hechizo les hace sentirse más seguras,
Hechidando a otros bordones cuando la huelga conmigo de piernas cruzadas,
Sacando a paseo al conejo hechizérrimo de la chistera a pastar menos familiares pastos.
LUNA TRISTE (47)
No soportaba verla marchar tan triste
Cada vez por el hueco de la escalera
Cada uno de sus pasos era dado firme
pisando las ruinas de un sueño de cera
Tiene dibujada en sus ojos cenicientos
La mirada de una niña asustada
Que acaricia sollozando al perro muerto
Que antes le dio una dentellada
Su pelo negro es el desvelo
De mil noches de almohada
Fue Quevedo quien de la luna
Dijo que también sangra
Algunas veces cuando la vida
Se deja entre puñaladas
Sueña con venideras alegrías
Cuando las cosas vengan rodadas
Allí hay lejanas playas de algodón
Donde gaviotas beben del azúcar
Donde el amor es esa canción
En soledad pero acompañada.
Su pelo negro es el atavio
Quemado y arenoso de la batalla
Fue Quevedo quien de la luna
Dijo que también sangra
Lleva un bolso casi vacío
Con rimel y algunos escritos
Con tinta indeleble de amorios
Efímeros como un beso
Cada valle de su cuerpo
Dos cimas y dos fuentes
Harto caminadas por transeúntes
Ya ausentes a la hora del desayuno.
DAGUERROTIPO DE FAMILIA CON MASCOTA (48)
(Para Quim y Patri)
Andaban a la velocidad del paso humano,
Abonados del lado menos soleado de la acera,
Paseaban un lanudo Focksterriere blanco,
Rescatado del excedente de una perrera.
Él practicaba la disciplina del callado,
El bálsamo, la quietud de la lectura,
En tiempos maltrataba en la alameda del Collado,
Un guitarrón desafinado, con mástil de casa Lucas.
Ella, una loca más cuerda que un pecado,
Con pecas hasta en la nuca y chupa de corte americano,
Viajera asidua del tren de las cuatro, y chirucas
Y una tos, y un reparto de taquicardias al ciudadano.
Una noche a las diez de la mañana,
Bajo el umbral de un bar crepusculario,
Vieron partir una bandada,
De golondrinas con sus nombres huyendo del calendario,
Hacia las cumbres del Indostán.
Y ahí están,
Viendo televisión,
Que no es un horror,
Si se ve en buena compañía,
Sin Parises ni New York´s,
Ni anillos de ficciones,
Ni estrenos de moda;
Un Dos de corazones,
Un perro, dos gatos
Y un litro de Coca-Cola.
Lo más cercano al cielo es un sobreático,
Aspirando a alzar el vuelo de la higuera,
También tenían sus reyertas sus querellas sus orgasmos
Si en el exordio no hay engaño, mal puede haber desengaños
Asociados a un selecto circulo secreto,
De palabras apropiadas ya en los bises,
Ella lee una novela de arte post-Homérico
Él es socio del “Club des Hashisenses”.
Si los años no tuvieran tantos meses,
Si jamás llegara aquél Septiembre, ni el silbato de aquél tren,
No los vería a los dos haciendo eses,
Cada uno en distinta ciudad.
Y ahí están,
Viendo Televisión,
Que no es un horror
Si se ve en buena compañía.
Sin Parises ni New york´s,
Ni anillos de ficción,
Ni estrenos de moda;
Todo corazón,
Un perro, dos gatos
Y un litro de Coca-Cola.
Un Enfermo (49)
Hay un encuentro que no se propició
Hay un cadáver en el sobreático
Hay un ganglio linfático
De esos que creo tener.
Hay un infierno lejos de Rubí
Hay un Valladolid en esta Barcelona
Cada vez que no estás aquí.
Hay un cajón Irlandés colmado
De varias píldoras de colores
Hay olores a través de la ventana
De lavanda en la ropa tendida
Parece que hay vida en las otras casas.
Hay un reloj de estación detenido
En dos meses hará un año
Hay un daño por prejuicios
Sin redimir a pesar de los vicios
Que pongo por medio para olvidarte.
Hay una voz rota que no permite cantar
Hay una virgen que no es tal ni deja que le recen
Hay un cortejo de musas que no aparecen
Hay grumos de cemento en el paladar
Hay un asesino que no mata por cobarde
Ni una tarde sin suicidio ni almanaque
Hay un coche derrapando en la glorieta
Hay neones en cada esquina de esta ciudad
Y una bacanal y una orgía y una cama nido
A la que nunca he sido invitado muy a mi pesar.
Hay Clorhidratos y Fosfatos y perlita
Para esta maría que no da el estirón
Hay un Madrid y un pozuelo de Alarcón,
Un Colmenar Viejo de pellejo aspero,
Donde cada cinco de Febrero te esperan tus abuelos.
Hay un Teatro en Paralelo representando
“El enfermo imaginario” de Moliere,
Hay unos enfermizos labios que sonríen,
Al acomodador estrictamente de rojo,
Hay unos ojos que se encelan por tal gesto.
Hay un enfermo imaginándose la escena,
Con una fiambrera cenando sólo en un ático
Vomitando recuerdos inflamados de benceno
a la luz frugal de esta luna postrera.
TODO AL VEINTIDÓS (50)
Pacte con yenishé
diablo harto resuelto
Veintidós te apuesto
Que sin embido la tendré
Giró la rueda
Formo silueta
De rojo y negro
Centrífugo, centrífugo
Mis ojos
Dos circulos
En espejos cóncavos
Troncaban
Barbitúricos inyectados
Viendo girar, viendo girar
La ruleta del casino
Tintineante sugirió
El ribete curvoso
Del número veitidós
Cesó el girar, ceso el girar
La nombré dos veces
En mi sinestesia
La grité todo
Y en labios como pétalos
De las cosas rotas
Pastora de hombres
Sobre de azúcar
Negra viudedad
De la araña aquella
Que dolió en Nepal
Primera imprenta
En dejar impronta
Conductora de lobos
Soy y seré Tracia
Y Samotracia Egea
Si tu quisieras, si tu quisieras
Del tapete marino
Verde como un sol
Que es un títere
Purpúreo de los niños
Arrojé mi caletre
El cubil de signos
Y salió el veintidós.
VOMIT (51)
Paso uno, coger un tren
Lo más lejos posible
A poder ser, de la gente.
Buscar un lugar,
Aparcar el cuerpo,
Y soñar con lo vivido.
La vida es un fisura,
Un roto de pantalón,
Una mala caricatura,
Un siete en el corazón.
Y no quiero repetir,
Este film de chichinabo,
Y si acabo por vomitar,
No quiero estar acompañado.
Eso es todo lo querido,
Este vomito podrido,
Y lo que ha de venir,
Se que será así.
No encontraré la chica,
No conoceré África,
No viajaré con tostarrica,
Ni premiarán mi canción,
Todo lo mejor en este rincón;
Vomita que te vomita.
Todos son hipócritas,
Ni uno vale un chavo,
Ni el primero ni el octavo,
Ni el que hace la risa.
Los coños purpurinos
No son selectivos,
Todo da lo mismo
Hoy yo mañana el vecino,
Y en ese mundo vivimos
Y en ese mundo vomito.
No estoy adentro mio,
Pero no perderé el tiempo,
Mercaderes del aplauso,
escribiendo en este trasto
todo lo que vomito.
TRATADO DE REFLEXIÓN IV (52)
Si el hombre es sólo un experimento
El tiempo demostrará si valió la pena
La infame criatura que ahora habla
Es un prólogo de lo aún venidero
Cada acción diaria parapetada
En la cámara secreta es un nudo
Engarzado en el pecho del actor
Que pasea alrededor del mundo
Del azote de Jerusalén al verde Oporto
Uno sólo es lo que ha sido y coño
De haberlo sabido hubiera elegido
Preparar el papel de un nuevo porro.
GAMBAS AL AJILLO (53)
Vi asomar su larga pierna
por el hueco de las cortinas
movía un juego de caderas
tatuadas por Moabitas
Iba puesta de anfetaminas
tenía la mirada alocada
así ciega –me decía-
pasa más rápido la jornada.
Yo sabía que era la vida
más puta para las putas
que para el poeta de juglaría
aún sin tener este minutas
Yo asentía por respeto
a cuanto ella me decía
la oculté mi indiferencia
por los traumas de la vida
Las gambas al ajillo no son para vampiros
Si has estado en el infierno
poco da lo que hay afuera
sólo salvas tu blanco culo
del fuego de las calderas
Le dio las llaves un chulo
yo le di algunas monedas
yo le hubiera dado todo
además de cuatro duros
Escudriñé aquel cuartucho
de la ruta del viejo Soho
yo estaba un tanto absorto
quería entrar en esos ojos
Me introdujo que ella hacía
antes de llegar a Londres
los franceses más notorios
de toda la Rumania
Con bochorno lo imaginé
su pasado de vampira
de los Cárpatos a Bucarest
Transilvana o alpina
Las gambas al ajillo no son para vampiros
Sonaron en la lejanía
los Badajos del Big Ben
eran las doce del mediodía
de aquella noche fetén
Yacía sobre mi muy bien
mire su pecho y observé
que aquél cristo de oro de ley
se había vuelto del revés.
Retrocedí y me asusté
sangre tenía en los ojos
y le brotaron unos colmillos
con manchas de café.
Había leído en los libros
como tratar a las vampiras
saqué del bolsillo del medio
mi estaca firme de Alcina
Las gambas al ajillo no son para vampiros
Me dijo -que vas ha hacer
estás dándome miedo-
al verme blandir
el tamañoso aparejo
En un impulso eléctrico
le clave la estaca
intestino adentro
hasta la misma alma
Profirió gritos groseros
en lengua moldava
y de sus omoplatos
vi crecer unas alas
Entre todos esos gritos
se me caía la baba
mordió mi carótida
mientras me derramaba
Las gambas al ajillo no son para vampiros
Ven conmigo papito
te llevaré a mi casa
olvidarás a tu mujer,
los nudos que te atan
Tus celos y tus canas,
la gente y su idotez
y esa barra americana
donde bebes tu parné
Asqueado como estaba
del melodrama aquél
existencia vacua
de un mundo de pincel
Iré en pos de ti vampira
y extendió negras alas
sobrevolamos el Tamesis
camino de Transilvania
Las gambas al ajillo no son para vampiros
Dejando de espaldas
su prostíbulo y mi casa
la ciudad intoxicada
de aduladores de arañas
Pero – dijo la fatiga-
menester es la parada
para llenar la barriga
y aterrizamos en Praga
En plaza Estaromestská
tenían pesca fresca
pedimos como los ricos
unas gambas al ajillo
Te salen sarpullidos
¿pero que coño te pasa?
creo que es el ajillo
se te esta hinchando la cara
Las gambas al ajillo no son para vampiros
Y con gran estallido
se volatilizó
salpicando a los vecinos
de las mesas de alrededor
Entendí que en un suspiro
mueren los seres queridos
ella era unas cenizas
y yo estaba hecho polvo
Volví a casa al otro día
estaba el volvo amarillo
mi mujer hecha una furia
por haber desaparecido
Me cayó una gran bronca
me lanzó unos ladrillos
después le hice la cena:
Unas gambas al anillo
MI CRUEL ENCIERRO (54)
Versos sin terminar
Dientes de piano
Vestido cuadrado
Flor de piedra
Pirata de piscina
retiro azor
Cajita amarilla
¡Alá es Mescalina!
Palabras gratas
Gafas de pasta
Pasta y tomate
De sazón brava
Una traslación
Casi un lustro
Tranki-machine
Y ve el fútbol
Pero sonó al fin
Añeja esperanza
Tiembla el timbre
de frío y añoranza.
Una balanza,
Restos de nácar
A un lado tus ojos
Al otro el mundo,
Que es nada.
REPÜBLICA, 1789 (55)
La guillotina, guillotine en la France,
Cayó sobre las tablas del patíbulo,
Dejando atrás una cabeza que botó,
Formando un círculo de sangre.
Alguien la tiene en brazos y besa,
Los párpados de morado intenso,
Los sesos sacros pues falló el tano,
El tiro sin tino del encapuzado,
Una fabada borboteante, soez.
El concurso escupe al negro capuz,
Claman luz de justicia, equidad,
Pero no hay tal cosa, sacos de sosa
Son arrojados a limpiar el suelo
No se discute al rey voz mediante,
Ni un solo escrito a fuer de protesta,
O a la cesta caeran las cabezas,
Del filo plateado de la guillotina.
Nadie evada un diezmo pues quiero
Para mi la gloria y la dicha y el cobre
Que la pleble, por déficit de relieve
En el córtex, de jondos azadones
En la tierra y besos en mis cojones.
Majestad –dice el lacayo- asome,
Venga asome, mire, y tras el ajimez,
Una horda de civiles y bastones,
Con antorchas da fulgor al cielo negro.
Aquella noche de urracas y lechuzas,
cayó, rara avis, una cabeza por derecho,
el fin dio licencia a los medios al grito;
“al rey lo que es del rey”, y maulló el filo,
orvuá ius divino, y contestó amén.
AMERICAN PSYCHO (56)
Recuerdo que estaba ultimando un cortado
Sentado en aquella mesa de sobre marmóreo
Sobre esta la página cuatro, recién impreso,
El noticiero republicano Daily post.
Un enorme encabezado negrita reza:
“Serie de goliárdicos crímenes en California”
y a línea seguida, “ la policía sopesa
la presunta autoría de una joven desaparecida»
Nueve de la noche en Santa Fe,
un rifle del 45 es cuidadosamente lustrado
y enfundado después,
en una manguita de almacenes Harrod´s
con asa de látex.
Lamenta el psiquiatra que debió sospechar,
según jura,
era una chica muy dispuesta y segura
a conseguir,
a cualquier precio la becaría vacante
un puesto,
y debí preguntarle que hacía en mi consulta
no cobro minuta a la
Psicópata Americana, guante de lana, guadaña de Rimel
Psicópata Americana, minifalda con balas y perfume
Psicópata Americana, sangre en la almohada,
Sólo una delgada luna amarilla, corteza de limón,
Contempla las tretas de la Psicópata americana.
El teniente con mirada censora
Y rostro apuntalado
Escruta el cuerpo de Lorena Otalora
Que está colgado
Como un fiambre del techo de la alcoba
De la residencia mixta
De la universidad criminológica de California
Una bolsa
Provoca la asfixia, un tijera en plena arteria,
O la horca,
Un beso de Marylin y un puñal de Jason
Su “modus operandi”
Con una Copa de brandy contempla el cadáver
Las huellas borradas
Santo y seña de la…
Psicópata americana, guante de lana, guadaña de Rimel
Psicópata americana, nirvana de cristales y sesos,
Psicópata Americana, para matar se puso corbata,
Y un disco de jazz donde Aleta grazna,
mordisqueando un mechón de cabello
Sofoca los nervios la psicópata americana.
CENIZA (57)
“No quiero pedir disculpas
Por esta culpa que me abruma
La luna no protesta y me pregunto…
¿Qué será esta impostura
Para la ingente galaxia?
Sin duda una burla,
Una nimiedad, una diminuta humedad
En la gran fachada del cosmos”
Todos los rostros
Que se precian de bonitos;
Son ceniza.
Todos los tratados,
La captación de abajo-firmantes,
Las empresas por fin logradas;
Son ceniza.
Los alquileres devengados,
El protocolo de Kioto,
La prisa por llegar a alguna parte,
Los modales ,la risa juvenil
De la señorita de la mesa de enfrente;
Es ceniza
Los paseos campestres anhelando sentir,
Los films de Tarantino, el camino de Delibes,
El Quijano de Alonso, las comisarías llenas de esposas,
Cada una de las losas de los goliardos edificios del Arenal,
El carné por puntos, la suciedad que siempre persiste,
Los chismes lanzados en el patio de luces,
El amor a los nuestros, la enfermedad que llegará,
El Artista del Trapecio, el preso encarcelado que ayuna,
La amnistía, las huelgas, las leyes retroactivas y sus costuras,
Son ceniza
El mono de la planta africana,
Los Enciclopedistas o Newton,
El postulado de la compensación,
La evolución reptil en las Galápagos,
Los rayos fulgurantes en las noches de tormenta,
El cuerpo de bomberos, La New Orleáns extinta,
La lagrimilla que sofocaste a Lorena con un te quiero,
La droga y el Rock & Roll, los vericuetos del casco viejo
La paloma torcaz y graznante de la repisa,
Los viandantes y los durmientes de los cajeros;
Son ceniza.
Ronald Reegan y Matilde la de los ultramarinos,
Las pasas de Corinto, la elevada monarquía y la honrada plebe
La pebetera de Silvia y sus mechones guardados
El ratoncito Pérez, los Salmos Responsoriales,
Las tarjetas postales a vuelta de correo,
El zimbreo de ella subiendo los escalones,
Los talones en blanco, el asfaltador de carreteras,
El Impuesto Nacional sobre la Renta y el I.B.I,
Las hipotecas octogenarias, las canas primeras
Y las primeras al aire sobre el Malecón,
Aquella larga cola de jineteras con todo su patamen,
Y el dictado de la Razón opuesto al naturalismo,
Y el aprisco del tío Ricardo y el Cinismo de la tevisión,
El puente de san Francisco y el del Bósforo,
El coro de Viena y las Góndolas a remo,
La traslación, la imantación de los polos
Tomada en laboratorios de Victoria Land
Es ceniza
Torcuato y los prestidigitadores,
Los olores a falta de fiambre, el hambre,
La polución y este aire viciado de tristeza,
La corteza del árbol de nuestras muescas,
Las reservas de animales de presa,
Los sismógrafos de Estambul y las tectónicas,
El impertérrito indefinido y el tiempo que es oro,
El Gerundio, estar en las batuecas, el decoro,
Los demiurgos y también el Nazareno,
El Buda lozano o por el contrario la cienciología,
El común “que dura es la vida”, los “sin embargos”,
Los “ojalases”, los “nuncas”, los “por fines”, los “te quieros”.
Son ceniza
Acaso todo lo entama este polvo, este resto,
Que puede quedarnos más que afanar una urna,
Pagar unas plañideras, y enfilar Montjuic arriba,
con aplomo de héroes de hojalata o mucho mejor,
robar los claveles de un muerto,
y dárselos a la primera que consienta nuestra mirada.
ENSUEÑOS DE OPIO (58)
Aún queda algo de ayer
Mas no alcanzará la noche,
Mediando esto, raudo cruzo el parque,
El palacete de piedra blanca
Las arcas que las ramas
Forman como hechiceras
Formas raras, draconianas,
Sorteo los autos impasible,
Porque anhelo lo que busco,
No huelo más que su perfume,
Africano y huevoso,
Llevo la quijada prieta
Por ende el cráneo abultado
Por que busco el milagro
Ausentarme del trajín mundano
Enrollado en un papel,
Figurarme bajo el humo blanco
Donde Susana y los viejos,
Donde Tinttoreto, o escondido
Tras el Saturno que engulle niños,
Donde se hacinan los relámpagos
En el angar de los truenos,
Allí donde los sesos, traviesos
Como grande es el mundo,
Convierten lo futurible en táctil,
Trastocan el color de la pared
Operando en nuestras pupilas,
Allí en Codeína ,o en la islita
De los transilium cuyas playas,
Según juran, te procuran la aventura
Del letargo más ominoso,
La ultima ingesta es una cueva,
Encuéntrala , y hallarás la felicidad,
Me cuentan que es una virgen
De mirada colosal y sonrisa fausta,
Rodeada de sapos y fuentes,
Y una cruz de farmacia verde,
Sobre el estante en bateria,
O en la rebotica en un cajón,
En formato de 100 miligramos
No es ningunería, cura las heridas del azar,
Es una santa, una bruja, una beata,
Una caja de fluoxetina, o Prozac.
Pero hoy no hay tu tía,
En el bargueño sólo hay prospectos,
Y la alacena está vacía,
De abyectos comejenes negros
Y la gitana vecina de la barriada
la del timbre con una cruz,
marcado a navaja por la policía,
no tiene luz.
Entonces, enfilado en una nube,
Bajo el capuz de los verdugos,
Veo a dios con gesto hilarante
Tensar una cuerda de esparto,
Custodiado por agentes de Prosegur,
Con gorra, botas de caña alta,
Con enormes porras dirigidas hacia mí.
Ante la segura espadaña,
Huyo a prisa tras el sanedrín,
Un médico aquí por favor,
Iré a la mezquita, un sanador,
Un orador taoísta, conocido mio,
Que es alquimista de lo inmombrable,
Llamarle a prisa,
responde al nombre de ruano.
Pero él ya está adentro, de rayas,
Alguién detuvo al caminante,
Andurrileante y cazcaleante ruano,
Al fabricante de sueños en probeta,
Alcibíades anacoreta camello y objetor
que sabe que en este falso Erín
hay cosas que ayudan a vivir,
esas mismas que ayer tarde,
volcadas con desaire sobre la mesa
del comisario en jefe,
sirvieron para imputarle,
serán seis meses a la sombra
sin ver el brillo del sol
en el cabello de una mujer.
La calle que ando pisando
No me toca de cerca, hay un vidrio,
Entre yo mismo y este ruido,
Entre estas gentes que desconozco,
Sus polvorines y entreveros,
El consentimiento ciudadano,
El orgullo de su propia existencia,
De una vida a mi juicio mezquina,
Inconsciente y de Carrefour,
De trajinar por inercia,
De ocio acomplejado y con semáforos.
Pero también abundan Nubligones,
Y hordas de noctámbulos,
escudriñadores pícaros
al quite por si salta la liebre
o la luz azul de la patrulla,
los caleteros previamente
se enfundan sus guantes,
hay odaliscas de un chulo,
bajo el farol de la casa de citas,
la plazoleta oblicua de gladiolos
y cientos de millones de bazares chinos
donde comprar una bolita de opio.
OJOS PARA UN PINTOR (59)
( A mi particular unicornio azul, sin quererlo ver perdido)
Creo en ti como algo puro,
Aunque sé que es cosa mía,
Eres un óleo pintado a seso,
Pero carajo, eres el óleo más bonito.
Como eres impalpable,
Casi ubicua, sólo sueño con figurarte,
Besándome como de mentira,
Con la máscara veneciana.
Como asir a lo imposible,
Como encender fuego en el agua,
Desconocerte pero abrazarte
Y así entendieras el idioma de mi sangre
Quiero sumirme en tus ojos,
Como explorar el océano,
Ser el batíscafo, mirar tu sangre
Como si en el mar, como tenerte.
Dos o tres segundos,
Estar adentro tuyo, vientre acariciando,
Llegar a tiempo, estallar juntos.
Al cabo un ramito de rosas,
Sobornar al jardinero para que tuvieras todas,
Y de esto me consideraste como uno más,
Otro reptil seseando, otro de más.
La estafeta de correos abierta,
Ambarina, lancé mi carta,
Buzón adentro, es todo lo que soy.
Paseo por su estomago,
Como un jinete bravo,
Muerdo sus labios que son,
El son que quise para mi.
Pero ya se van, entre viento,
Rozando las braguitas su esqueleto,
Su carne que mordisqueé, lamí,
Soñé, eyaculé en los pétalos de su pecho rosa.
Y que decir tienen sus ojos,
Sabiéndome cobarde, presuntuoso,
Al no escribir de ellos primero,
Al recordar antes sus pechos,
Y por ello van celosos, como gatos.
Pues que son el mar, valga redundar,
Como te dicen todos, pero es verdad,
Son el mar, y yo quiero ser agua en este instante.
Moler las olas, ser feliz, hallando su color,
Con precisión de analítico de probeta,
Hallar el color de tus ojos y después,
Retratarte preciosa, eternizarte extra-mundo.
Como el Greco, como Leonardo o Zurbarán,
Que sea un presente a los hombres que vendrán,
Que conozcan que hubo un tiempo
Habitado por unos ojos, no grandes sino colosos,
Que sintetizaron todo lo bello,
Todo lo hermoso, toda la lindeza que cupo en esta tierra.
EL SILVA (60)
Hoy comeremos viento, que tristeza,
Migajas de la mesa social,
Hoy jueves el mercado lo desecha,
Tomates feos, acelgas pochas,
Lácteos que rayan la caducidad.
El Silva cuenta algunas travesuras,
A un cuatayo del parque de la ciudad,
Barba cervantina, ningún quehacer para ver,
Menos que casi todo, porta sombrero de ala corta,
Al atardecer capea la piel jugando a la sota.
Que vida no fuera para jugársela,
Agradecido al sol por asomar,
Esputar al viento cayera donde caiga,
Canturreando un sapo, enfilar la nacional.
Un bordón luengo le hace de pierna,
De tripas el corazón, su voz arrecia,
Aullando a la luna su adulterio conyugal,
Se enteró que se acuesta,
Con el primero que la quiera mirar.
Que El Silva no mienta no es verdad,
Es bobería la sopa boba y su alcoba,
Grosso modo el universo, la boveda celestial,
La herrumbre alcantarilla en primera línea de mar.
Mendicante y lo digo, fue a cuenta de señora,
Un pingo de mala mujer, ahora señora “de”,
Notario por su puesto, ella lo quiso querer,
Se lamenta y va a prender, sobre la lija la cerilla.
Me arruiné a los casinos, al vino me arrojé,
Para achaques y limpia besos siempre amigo,
Ahora duermo entre cartones, en el barrio de Lavapiés,
Cuidándome el chasis, de tan múltiples afecciones.
Con más de sesenta tacos curtidos,
Martilleando espolones, dando guerra,
Ya despierta ronco como el tractocarro,
En la helada y desigual contrato,
De los de atrás de las dos Españas.
Ahora ajuma un cigarro cual si el último,
Apaña un bebistrajo y llama al pan –vino-,
Divino tesoro a la juventud, al tiempo que tres niños,
Encabriolan pateando unas latas de vidrio,
Y en la trápala de sonido, ve el silva la vida pasar.
LA SEGUNDA MEJOR CAMA (61)
Con un beso de cenizas
Has besado tú mi boca,
Con ardorosa folgación
Habla Zaratustra y me azuza;
– La connaturalización aminora las atrocidades –
Mas lo atroz se había
Levantado una casa,
Thor el perro luengo
Lo supo de antes que yo;
Huroneó en sus canotíes.
– Al tiempo una elástica, adarga de tripa de buey,
Mataniños nombrada, probaba que anduvo tu vientre adentro –
Al cabo del aguacero,
Del aceite espermanceti,
Así tras la entonación
Del puta más que puta,
Patas arriba, vergonzante;
– Lo mayor quedó probado con lo menor –
Con visaje interrogativo
En la amada cabeza,
Con gesto grave contempla
Los anillos anulares de Saturno;
La aparición de una estrella.
– Como una fotografía con fogonazo de magnesio,
Allende el lecho, asoma el enjundio; Bravuconeador –
Suavemente con su lengua
La criatura desorejada,
Acalado de impostor,
Rozado había el pabellón,
En la oreja de mi amada;
Desdichada gibosidad.
– Bravuconeador “Le fécondateur desatado había mil lluvias,
Que todo lo impregnarían, mil chanzas impúdicas –
Del arcano trono del clan de los Milesios,
Fui presto empellado, a esclavo de los sirvientes de los siervos.
De la tierra que mana leche y monises, tirandome coces Húsrum,
Me arrojó a la inoportuna segunda mejor cama.
Dos multiplicado por dos,
Lo dado dividido por la mitad,
Es verdad que es el doble de uno,
Mas ninguneando el astrolabio,
Uno mas uno a menudo suman tres.
Anhelo en tal instante,
Escarnizado y desollado,
Aparcero desahuciado
Del barbecho de su monte,
Huir, partir raudo y torquemado,
Al estado libre del Congo.
– ¡ Oh, pobre Robinsón Crusoe ¡ ¿cómo pudiste hacerlo?
Mas todo viernes entierra a su jueves, en los picachos sombríos
De las apiñadas montañas, en la cueva negra donde mora el quebrantahuesos –
Reparé de esta guisa,
Pecho meditabundo,
El serpenteo gorgoteante,
Riachuelo que en su curso,
Murmulla, si bien riñendo
Con los obstáculos petrosos.
– Toda su belleza prístina prodigué, pero la vida ha de seguir
Como la chica gabarra, agitada en los azules dominios de Neptuno;
Poeta fui en el delirio –
Buscando agord:
– Mba´eteko* Telúrico!,
– Nde´ra!, Mo´opio va´icho*
Mientras mace la locura,
En oblongos ácidos,
Alegría en cubierta pelicular,
Para palidez de los seres humanos.
– Telúrico: Es este el único caballo de todo Madrid que no ha perdido una carrera. No es un caballo del montón. Deberías montarlo, domarlo, pero cuídate en la doma de no ser tu mismo el domado. Así se pierden las carreras. La vida. –
CALLE (62)
Tomé la calle de la estación abajo
ambulantes habían tocando música
y el badajo de la latina también
olía a barril, a periódico mojado
sol amable sobre los viandantes
no se viándan más que del aire
en el mercado junto al teatro
una chicuela me da “la farola”
morocha no suena el cobre
prueba con ese gentil hombre
que se precia del sombrero
será el primero en no verte
Que arte se da en el desquite
Y después del pase a los toros
También los moros se dispersan
mutis por el forro burlan los picolos
Son lolos con unas las guitarras
que dan baladas con pinceladas
De un pintor gitano de la isla
De playas jondas con camarones
Que enamoran a los enamorados
Que vacían los tinglados de las flores
Pero Paco Umbral esta ingresado
El gran gigante anda raro
Los gigantes también caen
Pero el ruido es más sonado
Tomando Terere una mina
Argentina que está besando
La bombilla plata de su mate
Y a la chica linda de su lado
Un borracho desde el banco
Llama a voces a Lupita
Pita el taxi pero arroja
Y el borracho queda solo
Asi es la vida, y a nadie importa.
Y en la puerta del chicano
Se venden gramos Bogoteños
Allí en el cielo los aviones
Dejan bonitas estelas de benceno
Son lolos con unas las guitarras
que dan baladas con pinceladas
De un pintor gitano de la isla
De playas jondas con camarones
Que enamoran a los enamorados
Que vacían los tinglados de las flores
VANESA, HEMINGWAY Y LOS TOROS (63)
De marrón color de la grifa
Tiene la Vane en los ojos la risa,
Abiertos como un dos de oros,
Morochos, la piel; claro de luna.
Sus besos como vacunas, sin prisa,
La guerra fría aplazan a mañana,
En el frenético vaivén de las botavaras,
Deja para otro día lo que teme hacer hoy,
Lo que enamora, lo que desquicia.
Acaso una caricia desencontrada
Por el tiempo en que no la conocía
En un desliz me dijo – no te vayas-
Y ahora no puedo dejar de volver
Hemingway ya salta al ruedo y se da en correr
La sonrisa ancha, el agua en el pelo
No importaba nada, al pedo,
Que iba a encontrarme contigo.
Al cabo, de vuelta a casa,
Llevé en las ganas tanto brillo,
Que encendí las calles de la barriada,
Allí oscilaban agitadas luciernaguitas,
Hemingway toma otra copa y bogan,
Las estrellas en un cielo fresa añil
¡Que vanesa me mordió la boca!
Acaso una loca de tan sensata
Su mirada mapa-mundi del cielo
En un desvelo me dijo –no te vayas-
Y ahora no puedo dejar de volver
Rebombón de café, Mr.Hemingway, guárdese de los ruedos
El mañana es voraz Comején,
Que se da en comer todo lo bueno,
Fueron cinco minutos si bien,
La vida igual puede ser,
Eterna en cinco minutos
Y no pregunto porque te miro
Que tal vez no te vuelva a ver,
Así doy a mi razón tu apellido
Así prendo, en tu corazón mi quemadura.
Acaso la dictadura de la belleza
Fue tan dura que le pedí a un amigo
Que venga conmigo a mirarla un poquito
Para que alguien me crea lo que era Vanesa
Que pedazo de nena Mr.Hemingway seguro se pone de pie.
EL MINUTO QUE SE FUE (64)
Cuantas veces nos pasó
Que pensamos que es la buena
Y lo arrojamos todo a la mesa
La cordura y el corazón
La hebilla del pantalón
Sobre una sabana roja
Así olvidamos los amigos,
Nos volvemos despistados
La sonrisa siempre en la boca
Y la loca alondra en el pecho
Pero es ley animal
Porque somos naturales cualquiera
Naturalmente queremos y odiamos
Y acabamos sudando tanto
En distintas camas y labios
Y luego quedamos solos
Olvidando no recordarnos
Nos quejamos de la vida
Luego otra bala perdida
La misma herida del mismo lado
Nuestra vida es la película del tiempo pasado
Que se ve desde afuera, que se esta marchando
El jugador lo apuesta todo, el sabio calla
El loco busca en tu falda el minuto que se fue.
Cuantas veces de mañana
No veo mirando los rascacielos
El mapa del cielo que asoma detrás
Confundirás amigo el gigante
Con la sombra de un pigmeo
Yo bromeo con molinos errantes
Pero es temprano todavía
De entonar la melodía del adiós
En el veintiuno no hay dios
Pero hay drogas para los solitarios
Hay varios amigos
Y sin embargo buenos hermanos
Doctos libros en la cabecera
Una portera que refunfuña,
Y una cabeza que aluniza
Soñando la prisa de unos pechos
Que seguro nos sobrará tiempo
De descansar cuando muramos
De momento esta eventualidad
No está aún en mis proyectos
Nuestra vida es la película del tiempo pasado,
Que se ve desde afuera, que se está marchando.
El jugador lo apuesta todo, el sabio calla,
El loco busca en tu falda el minuto que se fue
NANA DE ANA (65)
Ana femenino de ano,
No amo a Ana, amo su ano.
Mas de él soy el amo,
Si amo a Ana.
Ana es gitana,
El ano de Ana,
Año a año,
Es del gitaño.
Mermelada Ana emana,
Si meto la mano
Para la tostada,
O le hago un enano,
Me deja el gitaño;
Sin mano, sin nabo,
Sin ano y sin Ana;
Sin nana de Ana.
EL MEJOR DE MIS AMIGOS (66)
El mejor de mis pocos amigos
Se llama Dumirox
Tiene un cuerpo comprimido
Y un traje de cartón.
El día que ando vencido
Lo llamo conmigo
Le invito a agua con limón
Y barremos el destino
La mejor de mis pocas amigas
Se llama Cocaína
Hacemos el amor cada día
Frente a un espejo
Si ve que me vuelvo viejo
En una letrina
El cojo, blanca y valentina
echamos el cerrojo
Pronto di una fiesta
De compañías malas
Todos tan morados
Y ninguno se pegaba
Nadie enamorado
Pero todos se besaban
Y ni uno trajo sopa
Pero todos con cucharas
Alguno de mis pocos cuates
Se llama chocolate
Pertenece al ejercito del aire
Es comandante
El comanda noches sin nadie
En papel secante
La melodía africana que asesina
Cualquier desastre
Mi amiga de más envergadura
Se llama literatura
Y es un gigante que conjetura
Motivos de vida
El día que no tengo ninguna
droga dura
y si la noche se vuelve tan fría
yo le escribo a la luna
Pronto llega la tuna
Y compañías malas
Todos tan morados
Y ninguno se pegaba
Nadie enamorado
Pero todos se besaban
Y ni uno trajo sopa
Pero todos con cucharas
ENCUENTRO EN EL CENTRO DE SALUD MENTAL (67)
El tercer cabo de año de la Exposición Nacional,
En un lugar que anomino por no venir al caso,
Andaba yo despistado tras el raso excepcional,
De una minifalda que apresuraba con su paso,
El cambio climático, el recalentamiento global.
Un lustrabotas grasiento es quien baila el agua,
Hay un camello que escupe como este anuimal,
Ella es minimal y coqueta de rosa despellejada,
Camina lenta y abandonada al centro mental.
Atraviesa los coches con andadura de venada,
Su mirada clavada en alguna parte del cristal
Del Renault gris veintegenario que me lleva,
Ojos de culebra que atraviesan el rudo utilitario
Embragando los pistones de mi alma anacoreta.
Doy un frenazo, Adriana entra en el frenopático,
Su espalda sudando y sexual va en pos de recetas,
Impávida hasta los cimientos y en el antebrazo,
El moridero de pobres que la llevó a la mierda.
Para los no avisados es nombrado psiquiátrico,
Aquel lugar donde hacinan a los sabios,
Los que no pasan por el aro de creer la certeza,
Allí deliberan de la vida política y del gobierno,
De astrología, dragones alados o de donde pillar.
Lugar de muros acolchados y absortos enfermeros,
Colores alegres que inspiran al paciente tranquilidad
Y al apresurado el mero hecho que el Mero es pescado,
Y así se le llama esté adentro o afuera del mar.
Adriana y yo somos igual que el pescado liberado
Que encontró en la red la mala costura y ¡a escapar!
Sobre el mostrador postrada con verbo Lunfardo
Reivindica su derecho a la felicidad, su Prozac,
De grandes alas y cuerpo breve es el Albatros.
Rompiendo el tópico ella me pide un cigarro,
Hay un cartel colgado que prohibe fumar,
Adriana se afana el recetario, y de la mano
Me lleva a su cama, donde si se puede fumar.
Para que malgastar el resto de los años
Cocinándose a fuego lento como una larva,
En el fonógrafo de bocina Louis Armstrong
Ella bailando en la cama desnuda y sin clemencia,
No fue por el fonógrafo, la querella del vecindario.
Línea a línea, de la raya nos fuimos pasando,
Sobre el lomo dorado de un libro de Gogol,
Con un billete enrollado, a modo de cerbatana,
Soplé la loma blanca de su culo lleno de polvo.
Entre besos agriados por estar tan cortada,
Me contó que a menudo claudica de todo,
Que empieza de nuevo y arroja la toalla,
Que no le ve la gracia a esto del mundo,
Que probó de un segundo y fue hospitalizada.
Adriana da largos paseos en bata blanca,
A través de una cerca de tubos forjados
La miro jugando con las olas que saltan,
Que sólo rompen para sus ojos dorados.
De ocho a diez excepto fines de semana,
Adriana permanece interna en pescadero
Pensando en el oso blanco que la trepana,
Como una idea, como un alfiler al dedo,
Su cabeza de gata que anda tras un hueso.
En una enorme comezón de comprenderla,
Me gusto en mirarla y es tan bella…,
Su belleza prohibida como pensar el universo,
Quiero curarla, y que después me cure ella,
Una caricia y respiración tenue, un suave gesto
Que de par en par, como un ventanal me abra su alma.
A CONTRAMANO (68)
En más de un chubasco nos hemos mojado
De una lluvia que a los demás no moja,
En más de una esquina hemos asustado
A algún niño para que dejara de serlo,
En más de un entierro nos hemos reído
Y en cada boda lloramos, que el nudo
Cuanto más fuerte, cuanto más atrapa algo.
Con la policía no hacemos tratos,
Contestamos hasta a los contestatarios,
Para los ovarios de las feministas
Tenemos listas ristras de cojones de toro,
Para los godos misóginos de las cavernas,
Una linterna sin pilas, para los perros
Somos gatos, para los gatos perros,
Para los que miran estamos ciegos,
Desayunamos con Fidel y cenamos
Con Casalduero, de ahí que siempre vomitemos.
Nos gusta gritar en la primera misa,
A la mierda el señor arzobispo,
Le ponemos jalisco a los abstemios,
Para que beban cuando estén solos,
Gritamos polémicos “vivan los toros”
Y muera la televisión, pan et circem obvio.
Le ponemos muchos peros al destino,
Y el domingo bajamos a la realidad
Porque sólo allí venden buen chorizo,
Amalgamen los colores del Yin y el Yan,
El bien y el mal; tan absurdo invento.
Nos drogamos pero leemos
Y rogamos que entiendan
Que lo malo es no darse cuenta
Sólo así uno se sienta
A gusto consigo mismo
Lanza perdigones y rompemos
Las nubes de colores en pedazos,
Y de una lluvia nos mojamos
Que a los demás no moja.
BIGESIMOÚLTIMO DEVANEO DEL POETA ALGAZUL (69)
Yema y clara de un sol tísico,
Penetran el distrito federal de la ventana,
En la juventud despiadada de Adriana,
Las leyes son de saliva,
Da comida al pobre
Poeta de segunda fila que de mañana,
tose beodo de aguardiente de cazalla,
Todo a cambio de un verso.
El poeta Algazul le promete
Que hará deporte y leerá la Vanguardia,
Si Adriana le otorga el derecho a sábana,
Habla solaz,
Pues tiene por corriente
Que el amor, nazca de una farsa
Pues de una farsa siempre muere,
Séase de una moneda cruz o cara,
cara o cruz.
Suena un cláxon
En el pecho de la repintada muchacha,
Las mejillas amarillas y anaranjadas,
Hoy era todo un verano,
Adriana devorando
Un cuerpo hasta las últimas relevancias,
Figurándose que es un cuerpo con alma,
Con alma debajo.
Dicen los mas pensados,
Que el hombre pesimista
Es un soñador experimentado.
Este poeta del que les hablo,
Ya dejó de creer mentiras
Porque verdades ha encontrado,
Sube la cuesta borracho
Increpando al vecindario,
Sin morir, sin haber matado.
Al lago Ontario con agua azul
A los mercados de la Veracruz pirata,
Curazao, Oporto y a la isla de Sumatra
O al tanguito de San Telmo
Quiere además un tiesto
Para San Valentín con guirnaldas,
A las puertas de un chalé puesto
A las afueras del mundo entero
El poeta Algazul es sincero
Sólo después del acto, y así se declara
Ave suelta que vuela de paso y solitario,
Ese es su juego
No hay enredo
Ni viajes al país donde escribe las palabras,
Ella desinflada como un globo con babas
Lo ve partir bajo el sombrero.
Pero el lárico está hecho
De tierra en barbecho perpetuamente arada,
De Trouble, de zapatos como potros con alas
Para surcar el cielo,
Del todo sujeto
El poeta se despoja, como lo hiciera un dedo
En la solapa, de una miga, del miedo, de la cobardía,
del quiero y no puedo, pero me atrevo.
Me dijo el arriero de un barco
Que el hombre soñador
Es un pesimista experimentado
Este poeta del que les hablo
Comenzó a creer mentiras
Porque verdades no ha encontrado
sube la cuesta borracho
increpando al vecindario
sin morir, sin haber matado.
TRATADO DE REFLEXIÓN V (70)
Los más del género homínido,
Por un déficit de respuestas,
Seguimos la estela del caracol.
Elegimos de cuantos caracoles
Habitan nuestros sueños,
El más grueso y direccionado.
Después seguimos su estela
Por curiosa y ambiciosa ilusión,
la sobrevivencia como unguento
asoma y esconde la parva cabeza.
Al final del camino, la meta,
Es haber caminado el camino,
La estela es renovada e infinita,
La baba onírica de este caracol; no
PALABRAS PARA KIM (70)
Un encomiable ladrón de guante blanco
A Burlado los cerrojos del Louvre,
Haciendo añicos la pirámide vidriosa;
Del jardín botánico, se afanó una flor.
El azul trueno que barrunta en la paleta,
Del pintor que escribe márgenes del Sena,
Bajo tu boina calada, como un fogonazo,
De su azul han bebido tus ojos de culebra.
Partenaire de belleza, tristeza de coartada
Partisana en el mirar, niña desencontrada.
Ojos perversos, cintura breve en contradanza
Que camina cual si bailara, artesana del pecado,
Alegato peligroso contra el amor domesticado.
El pecho intacto, altivo y avergonzado,
Pezones infantiles, pétalos de chicle,
Sueltos como libérrimos delfines al galope,
No disloque su oropel el cincel del cirujano.
Que ya nunca tendrá el cuello enderezado
El artesano de palabras que abajofirma
Si al doblar la escollera del sórdido lavabo
Bailas, mademoiselle, sola y sin clemencia.
Déjame, princesa coronada, a mi,
Sencillo peatón, tribulette, sota del naipe,
Con la verdad y la botella por delante
Nombrar tu hermosura blanca mi adicción,
Sin chantaje…, ¡ inopinada y única!,
De la impúdica New York a los montes Urales.
MUJERES (71)
Estefanía tiene la manía de platicarme de su novio,
obvio freelance, Angelina sin embargo
anda en el letargo juvenil de creerse el amor,
al más mínimo engaño que me cace, se deshace
en reproches, se tira del coche antes de arrancar.
Las noches almendradas son de Ana,
que tiene una rana por príncipe sin virtud ni sangre,
que alardea de auto, musculación y peinado,
Ana lo quiere por los vicios que paga.
Adriana vive en un internado, come pescado,
el atún generalmente separa de la ensalada,
está como una luz de gancho, las pestañas
cual toboganes para niños y los ojos doloridos
y dorados, como campos que refractan el sol,
perdonan sus desvíos y divagaciones, en ocasiones,
debo apretar su mano para traerla de vuelta a la realidad.
Gabriela es misionera Jesuita en Bagdad,
no en la ciudad de las mil y una noches,
en un club suburbano de declamación sin atuendos,
tomando la rambla del Rabal, partiendo en ascenso,
la primera callejuela que la une con Paralelo.
Recibe dinero en rama, el hombre de patillas rizadas
prolongación de una barba desaliñada,
va lanzando soeces improperios de falangista,
los gorilas le agarran después que Gabriela,
le lance una fresca al lucero del alba,
y una patada certera en el género, en la progénia.
Entonces es cuando ven a Jesús hasta en satinado,
Gabriela es misionera Jesuita en Bagdad, la verdad,
tiene la ferocidad de mil jabatos; también en las peleas.
Las poleas suben las redes de los recuerdos a la mente,
Me pone al corriente de obviar aquél perfume de mujer
De cuyo nombre no quiero acordarme, pues persiste solemne,
En algún lugar de la mancha, de una fotografía amarilla.
Prefiero para eso evocar el delirio de una noche soleada,
De Miriam en cuclillas en el faro con los vidrios empañados,
De su Renault rojo como sus labios, salvaje y entregada.
Kim es una dama afrancesada y de apellido largo,
de noble cuna, cuna de la que pronto saltó a la calle,
perdió la inocencia sin un detalle, sin un lirio cortado,
lleva en los ojos marcado el instante de aquella esquina,
ahora me escudriña con su mirada cruel de leona,
y más tarde me tiene toda la noche, la noche entera,
haciendo garita en los cuarteles de la impaciencia.
Luna lleva un moridero de desengaños en la frente,
cultiva Mariguana índica y así se paga los libros,
no tiene ningún burro pero en sus grabados tiene,
la sencillez de Juan Ramón Jiménez,
dibuja óleos y pinta a carboncillo el brillo,
que la vida real le niega. Una vez al tiempo,
cada algunos meses, me convida a café cerrero,
almojábanas y empanadas que le ponía su mamá,
luego quemamos en cilindros la tristeza,
cantamos piezas mezcladas de Rock nacional,
al rato nos bañamos en su cama de agua
y al cabo, volvemos a empezar.
Fumamos cigarros y pongamos por diplomacia,
que no usamos la nariz sólo para respirar.
Luna me dijo “Para que preocuparte por algo,
que puede matarte dentro de diez años,
si hay algo que hoy te puede matar”.
A propósito de la muerte, llevé en la suerte
que los gitanos no echan raíces en la tierra,
que ruedan como músicos ambulantes,
eso me salvó de un final casto como Torete,
cuando en las caballerizas conocí a Jimena,
tenia negras las cejas y los ojos de pura sangre,
agitanados como la tonada de una guitarra flamenca.
Flamenca no, cambiando de tercio y la harina de costal,
hoy es moderno decir holandesa,
para evocar a cierta princesa, nativa de esa tierra
ganada al mar, evoco la sin igual prístina belleza,
que prodigué a ochavo el cubierto,
en la cubierta alquilada de un catamarán,
a merced de la luna llena; se llamaba Lorena.
Las poleas suben las redes de los recuerdos a la mente,
Me pongo al corriente de obviar aquél recuerdo de la mujer,
De cuyo nombre no quiero acordarme pues persiste solemne,
En algún lugar de la mancha de una fotografía amarilla,
Prefiero para eso evocar el delirio de una noche soleada,
De Miriam en cuclillas en el faro con los vidrios empañados,
De su Renault rojo como sus labios, salvaje y entregada.
SILVIA II (72)
Como va un año y dos siglos sin verte
más que únicamente en todas partes,
como es ahora que empiezo a curarme
de darte palabras que no quieres,
como al despertarme ya no tanteo
a ciegas tu mano en la cama,
en la rama curiosa de otros árboles
he trepado como un niño,
para ver que cosa es; jugar a divertido.
He cumplido los deberes de caricia
que en ti dejé impacientes,
embustero me dirás cuando te diga,
que no hubo una Leticia,
que fuiste la primera,
entenderás pues, si te dijera,
mi amor más viejo, amor de lejanía,
que no supiera, que no sabía.
Corrió el tiempo pues, tras de ti,
como agarrándose después de la vida,
puedo jurar aunque no estuvieras; que yo te veía
Existí sonámbulo de este lustro que fue un año,
como lo hiciera un polizón del mundo,
extraño de la casas, extraño de la calle,
como un libro con las paginas arrancadas,
como un púgil mal fajador que no encaja,
que después de ti; era difícil que hubiera nada.
Tantas veces se sumó la muerte a mi espalda,
que al cabo, se ha vuelto mi amiga,
yo le hablaba en la tristeza y le conté,
que nada saciaba mi sed, que no hallaba,
que la locura me enfermó
de tu pelo dorado disperso en la almohada,
de aquella última tarde radiante en la ventana,
posada a contraluz junto al vidrio,
¿porqué no dijiste nada, porque no lo he sabido?,
que al verde de tus ojos ya se le había ido; la esperanza.
DE CÓMO JODER A UN SEGURATA (73)
Son las seis de la mañana en Salou,
Que es un ou fregit en lo ordinari,
Hace rato se ha acabado el show
Underground de minifaldas,
Los lagartos y las lagartas
Seseando ya se van a la cama.
El último poli corrupto, toma
Coca volcándola sobre su placa,
El humo de la Mariguana
Se puede cortar con los dedos.
Hay cuatro gárgolas hieráticas,
En la jerga callejera; “seguratas”,
Cuadrarse ya! Cuadrarse ya!,
Que gran oficio estar de pie
Y como se inflan de no valer nada.
Los llaman “Puertas” y es verdad,
No hallarás uno sólo de coeficiente
Que aventaje a la madera del Alcornoque.
Como trabajar de mesa o botella,
No traen siquiera referencias,
Acaso la rabia del perro y la violencia.
Uno de estos seres anodinos,
Movido por un acto en cortocircuito,
Como da una coz la asilvestrada mula,
Y exento de todo hilo argumental
Como de capacidad para el raciocinio,
O al no gustarle mis orejas
Me zarandea, me zurra y me lanza a volar.
Los Hombres G te hubieran dado
Polvos pica-pica;
Yo que soy de barrio te daré gasolina.
Yo que soy diestro en el manejo,
De no dar palabras al necio,
Al conocer que las lleva el viento
Por la oquedad de su cabeza,
De no pedir uvas al trigal si es seco,
De no pelear si me superan en peso,
Ex proceso, me guardo la venganza
Para servírsela en plato frío,
Apretando la quijada, tiro recto.
De mi ex novia he aprendido
Que conviene darse el piro,
Y poder luchar otro día,
Cuando ya no se está ebrio.
Pasados tres días lo estudio
A una distancia prudencial,
Ataviado de turista,
Y Encarnizado como un Indio
Con sombrero de Madapolán.
Me fijo en su bonito turismo
Al que se sube empechado,
Sin saber la que le viene detrás.
Le tomo las señas al carro,
Que es un Cabrio restaurado,
Anoto donde acostumbra a aparcar,
He comprado sopa sin plomo,
Tengo la mecha y los cojones,
Y el Zippo de los Ramones loco por cantar.
Los Hombres G te hubieran dado
Polvos pica-pica,
Yo que soy de barrio te daré gasolina.
Como Woody en desmontando a Harry,
Como el Público Enemigo de De Niro,
Como un Don Mendo Marqués de Cabra,
Obcecado, como Jack en el Nido,
Sofoco el hambre de venganza,
Encendiendo el cabo de un cigarrillo.
Su suerte ya esta echada,
En los bajos del auto la gasolina,
Mis pupilas refractan las llamas,
Mi sonrisa de batalla vencida
A la impostura de los inmorales.
Oigo en la calle la sirena de policía
Ya me voy que me está dando pena;
Es un Golf Serie Uno de los años ochenta.
CEROTES FLOTANDO (74)
( Soliloquio transcrito)
Computando carne, hueso y cerebro,
me queda un amuleto de madera,
un viaje soleado en la escollera,
una mujer muerta en Budapest,
el corazón todo lleno de agua;
una mujer muerta nada más nacer.
Luego el tedio y bullaranga a la par,
el retorno al mundo animal, el salve
el culo azotado quien lo pueda salvar.
Atrás, siempre atrás, han de quedar,
la confidencia de lo común, el dar,
sin mas anhelo que hacer carne viva.
El escritor hoy se incinera, Umbral,
dando órdenes de su propio crematorio,
refunfuña como en muerte lo hiciera,
ahora calla allí donde no se muere mas.
Y el noticiero lo cubre un minuto,
y un minuto da el pueblo al hombre,
que dio cada víscera propia al pueblo.
En la vida, sin embargo, cada día
se muere uno dos o tres veces,
puedes morir junto a un amigo
mientras él te pide un cigarro.
Entre nosotros, querido espejo
te digo, no confíes en la gente;
de entre cuantos hombres haya
el mudo es el único que no miente.
Cuantas veces el tuétano, el ojo,
la piel, el amor crédulo y confidente,
han sido de orín meados por gente
que después no lo ha limpiado.
Bebe fruta, se alegre, ve televisión,
jura amor a esa pájara, di siempre Si,
pasa anualmente al carro la revisión.
Recoge las migajas de tu amo,
perdona sus insultos con sonrisa,
a ver si nadie atisba, nadie nota,
el miedo de Superman a este caballo.
Vamos a dar de comer un filete,
al propio perro que nos muerde,
vamos a mostrarnos transigentes,
no vayamos a perder sus mordeduras.
Te tienen cogido por la pirola,
su contrato con forma de tenaza,
sus grandes Comendadores de Ocaña,
algo apesta a lodazal de oveja,
algo se urde a tus espaldas.
Hoy creo que todo es un gran retrete,
con cerotes flotando en círculos,
que van a dar al mismo mar,
flotando idiotas como náufragos,
en la soledad musical de la cañería;
hoy todo es porquería, todo es porquería.
QUE EXTRAÑA PAREJA (75)
Para Mari, que supo ensamblar las costuras
De cierto juguete musical descosido.
En cual café desmigaremos la migajas
que nos lanzan insolentes desde arriba,
los agravios, las querellas, las partidas
que perdemos al tenerlas por perdidas.
Los guitarristas que cincelan tus ojeras
traen mohatras que hipotecan el Otono,
cuando coño, Mari, Cruz de mi moneda,
advertirás el barro en los pies de lodo,
del ídolo más apertrechado de la escuela,
del bohemio, del calavera, o asceta Esopo,
me veo doble si te nombro, te confieso
que tanto monto, mi musa; es analfabeta .
De coartada se me ocurre -ex proceso-
que montemos un congreso de petanca,
con fondos a las arcas de sueños de los presos,
o para los niños viejos, sin pesos ni pebeta,
cuando una tos huera te vuele a las Cíes,
no lo olvides, cuataya, te llevo en la maleta,
infieles siempre pero nunca desleales,
que divisa mosquetera, que extraña pareja.
UN CIGARRO (76)
Los cogollos secos
Encharcan el suelo,
Hay caramelos
Sueltos de chinos,
Sueños volados,
Botellas de vino,
La pinza de pelo
De alguna mujer.
Una terraza
Con mariguana,
Las estrellas
Son petroquímicas,
Unas bragas
Sobre el grifo,
Un triglifo
De estropajo
Bajo tu ombligo.
Ni carajo de donde esta el tesoro,
Lo que adoro es buscarlo olfateando,
Después encontrarlo,
Limpiarnos los años
Y fumar a pachas un cigarro.
Mi camello
Es apático
Y pasa de todo,
Yo tampoco
Cuando a lugar
Le pongo peros,
Voy a llamar
Al hombre
De los caramelos,
Yo me juego
El primero,
Piedra papel
y mechero.
Una señora
de mirada sólida,
espera desnuda
y reclinada
sobre mi cama,
lee a Pablo
Neruda,
fuma bocanadas
de nicotina,
se apellida
cuarenta
más I.V.A.
Ni carajo de donde esta el tesoro,
lo que adoro es buscarlo olfateando,
después encontrarlo,
limpiarnos los años
y fumar a pachas un cigarro.
EVOCACIÓN (77)
Yo vivía como quien cada día puede morir,
Me venía de lejos la comezón suicida
De escribir un verso por cada dos pupilas,
De retratar cuanto me dolía al vivir.
Otra madrugada lechiagriada en Madrid,
Peinando tabernas, mesones y ventas,
Haciendo la cuenta de cuantas aldabas,
Me faltan para enfilar la escalera
De caracol al cielo húmedo de tus bragas.
Habiendo ladrado por cien bocas,
Paya loca de ojos en llamas,
En la canícula de tu isla desnuda
Declina dios la prelatura y la sotana.
Doctorada en jugar a los doctores,
Con tantas pasiones como pestañas,
Cuantas palabras apropiadas
Te diré o haré para tus temblores
Los pezones de oro vivo
Ensopados de sudor,
Recordando tus rincones
Evocando la escena,
Con una mano en el corazón,
Y la otra, con perdón, en la bragueta.
NOTA DE SUICIDIO (78)
Tapado hasta los carrillos como un anciano,
espero la hora temblando de frío,
un pasado azul me escarba los sesos,
mi mano mece la luna del desvarío.
Ya me voy a la lejanía, basculita de mis drogas,
He elegido el caballo, para no volver más,
No pienso esperar a que caiga la bomba.
He dejado en la gaveta, palabras para ti,
Me voy a la zahúrda mas oscura,
Al patio que hay detrás del cielo añil.
Vi lo que se ve donde no hay nada,
Después de ti, no entendí el mundo,
Las hojas voladas de nuestro libro
Las empapó la madrugada.
«Quien habla ya a los muertos
Mudo le hallan los que viven,
Y en este otro silencio
Donde el miedo impera, sólo queda,
El fiel y ultimo encanto de estar solo».
(Las últimas cinco líneas son de Ángel González)
A BUEN PRECIO (79)
Como el judas pelirrojo y dispensario,
Tengo en almoneda al olimpo entero,
Te vendo al dios que quieras en oferta por ateo,
Le dijo el Teodoro replicante a Don Mendo.
Un buda lozano de la mano de Ronald,
McDonald´s, Alá, Ronaldinho, kerouak,
Che Guevara en vespino en oferta “deuvedé”,
Dylan en vinilo y baco bucólico de vino,
Quien no ve, toma a uno que mire por él.
Tantas posturas de postín, veletas de vergel,
El timón rumbo al laurel de los premiados,
Tornasolados los girasoles que giran, en fila
De a once y al escote de la teta mas provista,
Líbrenos la pira de Quijote de la tediosa doctrina.
SECRETARIO DEL AMANECER (80)
El Sol, tan idiota como bello,
viene de cuello alto y voladuras,
romo, calvo y enlutado,
embotado en su sombrero de tinieblas,
su nariz imperial asoma, suave y lenta,
sobre el papel maché de las montañas;
Mira la tierra abierta
zahúrda de los hombres,
el semblante fruncido
y objeta al notario;
que breve será su mortaja,
que dichosos en su calvario.
Y este sol vierte en el mar,
lagrimones de reptil
adviértase que le da igual,
que su indiferencia por el rumbo
raya los límites de lo absoluto,
se diría que es poeta en su mundo.
Guerra o paz, vida o muerte
él ejerce su oficio puntual y solemne,
se diría Inglés, un sol Inglés.
La luna linterna religiosa
nimba el mundo de luz redonda,
retoma el testigo de la historia,
una luna obesa y roja,
sobre el mundial hotel de paso,
de esta vida huésped de nada,
se recuesta a las claras del alba,
se acaballa sobre los hombres,
y todos esos rizos rubios
ya no están de madrugada.
Yo, secretario del amanecer,
anémico de sed y comezón,
de retratar el mundo que hierve,
sin paleta, acrílico ni pincel,
lo tomo cual copo de nieve
Y lo observo deshacerse en mi piel.
DORMIDA (81)
El viejo nórdico de fieltro roza
tus pechos hermosos de India,
surgen como frutos de edredón
con fascinación de ígnea mariposa,
dormida a la tercera rapsoda
al son quejumbroso del bandoneón.
Todos los pétalos abiertos,
yuxtapuesta, radiante, coqueta,
recostada sobre la playa de Eubea
dormida te veo mirar tus sueños.
Vives en diálogo con los difuntos,
rectificas con un beso mis diftongos,
cuando miras apoyada en mi hombro,
lo que escribo, todo, se vuelve poesía.
PROTEICO ANIMAL (82)
Como king kong sobre una grúa,
Otras cuantas doméstico siamés de alfombra,
Ahora y mañana, sólo amimal vivo.
Como el incierto hombre camaleón,
Otras renglón de firme hierro forjado,
De tanto en cuanto, sólo animal vivo.
Como Raiman impávido bajo la lluvia,
Otras tantas va el cántaro a la fuente,
A veces, sólo animal vivo
Como tratando de decir nada,
Otras apostatando callado del todo,
A ratos, sólo animal vivo.
Como a la luz de la razón, ojo clínico,
Otras libertino y suelto Don Pablo Picaso,
Acaso, sólo animal vivo.
Como un tren veloz sin riel ni estación,
Otras aferrado a la margen del río,
Asíduamente, sólo animal vivo
Sin establishment, sin método, sin ilón,
¿Para qué, por qué y adónde hay que llegar?,
Caminar, de nuevo animal vivo.
¿Asistiré otro jueves al lunes pasado
O entenderé al fin cómo es el tiempo?,
Silencio, sólo animal vivo.
Como un reloj que pare maníacos,
Entiendo en el opio la fragilidad de mis flancos,
Agazapado, sólo animal vivo.
FRUTO DEL ÁCIDO Y EL AMOR (83)
Entre todos esos rizos dispersos por la almohada, tu mirada, sólido material, me puede tocar como un dedo, me pone todo encarnado el deseo, y oigo corazón adentro elefantes bramar, y descorcha el tapón que en el corazón, para las goteras llevo. Del cielo alto del cuarto, penden de un hilo tus bragas de raso del mercado, el aspa del ventilador reparte tu olor y el ventarrón se llena de gatos. Evoco tu olor, lo puedo masticar y me sabe a agua de coco. El tesoro de la lengua francesa; es tu lengua, que no es sincera, pero me gusta oírla. Como edificios viejos, tiemblan los cimientos en tus labios de papel, al compás de las sacudidas del cuerpo. Cuando el anclaje cae al fondo marino, ombligo adentro, achicas agua de coco bajo el pelaje de estropajo negro, debajo todo lo rosado va a mojarse al sol, a deshacerse en cascada, quiero chapotear a cada golpe en tu alma, dame chorretones, quiero todo tu deshielo en mi hundida quijada. Que yo quiero palmar pegado a tus labios, o trepando tus caderas, o trepanando tus agujeros, que la luna sujete del cuello a la tristeza. Y en tu herradura de golosinas fraguen mis cigotos y en tus túneles víveres, pábulo, alpiste. Se fracture la escayola que contiene animales, que derriten la caldera donde viven; goma dos. Que revienten los cristales, los cuarteles entre los dos, se me dispare en la boca mi pistola de perdedor. Pero mientras esto no ocurra, soñar en tus pupilas la diafanidad del mar, entre tus piernas lo amargo de salvajes limoneros, y otra vuelta a las madreselvas que te suben al pelo, y en mitad de este vuelo lisérgico encontrar la miel robada a los osos, y en mitad de un sueño encontrar tu piel, y tus ojos que son la creciente que anega mis pelos, y el deseo duro como una escoba y las olas saladas y blancas y mucosas, que rompen en las escolleras de tus piernas o de tu estirpe o de tus presas. Preso, pendiente la boca de tus goteras, como un zarcillo pendente de la oreja, como un preso tras la reja está pendiente del sol, yo del retinol que este día salpica tu pecho. De la cadera para abajo amor del cuerpo. Mirandote mirar me estoy duchando en el suelo. De la cadera para arriba amor del alma. Y en el rótulo de Fin leo Comienzo. Y volvemos a empezar…
LUZ DE AGOSTO (84)
Quería luz de Agosto
Y entró por el quicio en pleno Enero
Un chorro de luz.
Tras algún propósito vino a casa,
Por hachís quizás.
Adiviné o soñé,
En sus palabras el material puro
Extraído de dentro.
Inocencia compacta que hablaba erguida
Desde el sofá negro,
Su voz de niña apacentó
La mecánica bestial y truculenta,
Y quedé dormido.
Sol negro despierto en tus manos,
Estás o te has ido?
LUNAS EN UN POZO (85)
Desolación,
aquella canción
era una puta triste.
El sol,
un bandoneón
amordazando una escayola.
El corazón,
un chicle masticado
una gramola rota.
La droga,
dos ojos que persiguen
como una flecha y yo,
poniendo tiritas
a este desangrado.
Pasa volando un negro alcaraván,
viene a robarme la alegría,
me huelo el dedo
y te recuerdo, flor encharcadita.
Tus labios,
me suben a la cama
como un escarabajo,
un tajo,
que abre la tripa del barco,
naufrago
tras la ultima tabla,
tras la salva de cañonazos
encañonado,
pero vivo
al fin y al cabo.
Canto,
cuando solo cantar va quedando,
cantando,
cuando sólo va quedando cantar.
Ansiedad,
le dijo a la locura -¡piérdete!-,
¿a dónde vas?,
a imaginar con verte,
la falda levantarte,
en la charca
los labios remojarme,
a meterle luz de gas
a tanta oscuridad,
a pedirte que me salves
o me dejes atrás.
Pasa volando un negro alcaraván,
viene a robarme la alegría,
busca lunas en un pozo
busca flores en el mar.
EN UN ENTIERRO (86)
Tras la puesta de luna
una farola abierta, abierta,
pues los adultos trizan piedras
en minúsculos cristales, la cancela
apagada por el silente camposanto.
Un Colorín cantor es el color
y todos los pobladores presentes
desatienden los rezos del sepelio,
sus semblantes se asombran, mas
guardan el rigor del grave momento.
– Cuanto más alegra un Colorín que un muerto – (piensan)
No era primavera porque…
¿qué es primavera?
Sin embargo yo mismo estuve allí,
absorto en el repique puntiagudo
de la tierra sobre el sarcófago,
desatendiendo al Colorín, pues
me obsesionaba cierto pensamiento;
– Estoy tan vivo como ese mismo muerto –
VÁMONOS QUE HIERVE (87)
Cuando llego al taller del viejo
con las manos tiernas de escribirte,
soy el imán de todas las briznas de metal,
toda rebaba de soldadura se me clava…
Las yemas de mis dedos aviesas
de acomodarse en tus blandos senos,
son ahora traspasadas por el acero,
la forja es un trabajo tan trabajoso….
Mañana temprano, cuando la osa mayor
salga a por miel y el oso le haga el amor,
correremos como niños montaña arriba,
como gatos panza arriba tomaremos el sol,
comprenderemos al fin;
¡Nunca mas el mundo nos sorberá como a la horchata!
DESCONOCIDO ( OCNO ) (88)
Desconozco a día de hoy
Quien soy todavía,
Si es que fui y soy.
¿Y si fuera que sólo fui?
He oído de astros apagados
Que proyectan, aun muertos,
Por muchos siglos su luz
Crepitante, y de ellos se dice
Que no están en parte alguna.
TRÁNSITO PREMATURO A MINERAL (89)
No hay ojos azules que me miren
y aun peor… no siento su necesidad.
No hay caldereta que llevarme a la boca
y lo que es peor… no tengo hambre.
No hay calzado con tomates que calzarse
y peor si cabe… ni necesitarlos necesito.
Bien, quiero explicarme;
fuere lo que fuese que alentaba
mis días, ya desapareció.
El técnico de iluminación
– ciertamente despistado –
vierte el chorro de luz
sobre las tablas de madera,
queda el actor declamando
en la oscuridad…
En su voracidad de pura juventud,
ya todos los papeles representados,
ya todos los guiones estudiados
y olvidados, ya todas las vidas vividas…
Así, con torpor de topo, quedo aleteando
a tientas sobre el mundanal escenario,
sin esperar, sin necesidad siquiera de esperanza,
Como un mineral…
TEDIUM VITAE (90)
Con el pasado por delante,
y el futuro tan cerrado
empecé a descaminar,
a constatar los desechos.
Un nudo gordiano soslayar
que me siento del lado fútil,
vetusto fiel en balanza digital.
Huevo sin clara en tromba
de agua seca, aguacero,
Ibuprofeno con aguardiente,
reducción sucinta de raspa
de pescado en mi tinta,
que parece ser cargar
las tristes tintas de la melancolía.
EN EL OESTE (Ocno) (91)
Jerónimos y antónimos,
topónimos y sinónimos,
tribus indias todas ellas
en peligro de extinción.
A LARA; DESDE LOS EXILIOS DEL INSOMNIO (92)
Ahora que el amor se había
levantado un kely por si llovía,
ahora que había abandonado
el lado malo de la pipa en mi costado,
ahora que sólo esperaba el pixelado
de mi serie favorita y como aletargado…
De un mundo rebotado de canicas
apareces tu, con piruletas de alegría
para remar en la humedad,
y con benignidad perversa y prohibida
desnudas al aire tus dieciséis
y mi jersey se cae y se desnuca
en tan deliciosa insensatez.
Mi cáscara de nuez y tú, uva morena,
para despacito morder,
después ya habrá buenos y malos,
que asuman estos dados de tres caras
y dos lados.
En suma, estás hecha un ovillo,
Con el pelo ladeado y soñando tan bonita
Que no me extiendo más…
– Gracias Lara por cambiarme el clima -.
XTABAY (93)
Si lee a Widobro
está renunciando a mi libro,
nadie el enseñó
a no quemar el porro,
pero sabe cantar
en mitad del infierno.
No sabe que el sol
al agua le tiene terror,
que un ventilador
es el mediador
de la lucha de oxígeno
por el exterior.
Caigo de omoplatos
si se vende tan barato,
siempre en boca de tantos
pero nunca ya en la mía.
Quiere fijar un clavo
sin armar algarabía,
sin apretar apenas
me pone al lado malo
de la pipa.
No hace distinción
lo mismo lady
que varón,
sale más
que el camión
de la basura
en constitución;
su remera
y su bijou;
su braguita
quita y pon
un Pernod
y un «deja
la propina
en el Bureau».
Cuando mira,
plantea una calle
sin salida;
cierto martes
se robó la luna
para completar
el día;
le asustaba hacerlo
a oscuras.
En primavera,
la primera a por recetas
por el cambio de estación,
ligera,
me llena de venéreas
pero pica más;
el corazón.
PISTOLETAS (94)
Lara me hace pasar malos ratos
y yo no puedo pensar mas que en pistolas y en sapos,
ella me llama pistoletas, yo le llamo sapo.
Lara es un pequeño sol sudando estiércol,
yo soy un cagallón secado al sol,
nos necesitamos, ¡oh si! ¡nos necesitamos!.
Lara ama a todos los hombres
yo amo a todas las mujeres,
Lara consigue a cualquier hombre
yo leo en mi alquilada habitación.
Si hay dinero no hay problema,
llevan a Lara a jugar golf,
si hay dinero no hay problema
puedo dormir en una pensión.
Pero cuando todo acaba
y la luna es tan alta
y pasa el camión de la basura,
antes de acabar en la morgue
o acometer una locura,
veo su blanca cara y dice Lara
– No sabe tan mal tu amargura–
ACADEMIA DEL DESPUÉS (95)
Como no iba quererle
con el sacomano tan lleno de nada,
hipotecado al vuelo de su falda
y de cuajo colgando la raíz.
Son tan largas tus pestañas
y tan tristes mis mañanas
que tres tigres acodados en la barra
barren sus penas a golpe de bar.
Como no era trigo limpio
la tigresa abandonó el trigal.
Al salir del local se cala el bombín
lustra de blanco su nariz y al Nirvana,
un lugar de mala cara con puerta de atrás,
a pegar un clavo que saque otro clavo,
alguna huelga de piernas cruzadas,
otras le dan la espalda, pero Lara
le da goma, cama y sabanas limpias
a cambio de nada, a cambio de un soneto de Bolaño
que a ella siempre le salta las lágrimas.
Hay un cartel colgado en mi frente,
cerrado por decepciones estivales
arrecifes de corales y cadencias,
del período de abstinencia de tus sales
de reseguir tus humedades con mi lengua.
Plácido entro en tí sirena,
eres mina inundada y nado,
al salirte me siento un pescado
y sabes a algodón de feria,
y sabes, porque sabes casi todo,
que reinas en mi esqueleto,
que me corro los mil metros
con sólo mirarte a los ojos, reina.
Hay un cartel colgado en mi frente,
cerrado por decepciones estivales
arrecifes de corales y cadencias,
del período de abstinencia de tus sales
de reseguir tus humedades con mi lengua.
CARTAS DESDE CASABLANCA (96)
Cayó el hachís del moro
como cada primero de otoño,
todo vestido de celofán
el polluelo ha salido del huevo.
Corren las mulitas por el cielo
las esperan con el afán
de quien espera el verano;
lo esperamos casi desesperando.
Dirán como arbitrando y dirán;
los condenados a la demencia
pérdida de la conciencia del ser,
que tendremos sed de por vida
Dirán y no se darán por molestos
cuando les digo simplemente deseo,
lo veo más claro con este humo
lo veo todo muy crudo sino fumo.
Me excuso un rato afuera del mundo
voy a dar vuelta al viejo velador,
arrellanarme a soñar con tu sexo
como un perro retorciéndose al sol.
Por las rendijas de mi impaciencia
se cuelan vuestros relojes en punto,
vuestros “dos y dos son cuatro”,
el torbellino mundano de la inercia.
Porqué os fastidia tanto que uno
quiera desplayar a gusto su querencia,
darle la vuelta un toque a la cruz
echarle un poco de cara.
Esa canción que cloquean a diario
almas bienpensantes que nausea,
te adjudican uno de sus guiones,
y otro rodamiento de la maquinaria.
Caras de sello de carne esclava
brilla en sus ojos un código de barras,
unas amarras cuelgan de sus manos,
perdieron el play off de los perdedores.
Estarán ustedes mejores si no juego
busquen a otro que les dore la píldora,
yo me quedo en la hierba soñando
no es necesario justificar el deseo.
PULPO (97)
En la casa del acantilado el crepúsculo es cordial.
apaciblemente, leo manifiestos y bebo a gollete
con el pie derecho sobre la rodilla izquierda.
Es un día quieto y tranquilo,
las gaviotas chillan y escucho su tronil,
una de ellas ha cazado un pez dorado y lo sube.
Siento el anhelo inexorable,
cavernícola, de morder la vida a dentelladas,
me siento junto al piano y aporreo las teclas con fruición.
Ella entra muy naturalmente con un cigarrillo
preso entre sus labios rizados, lo hace chisporrotear,
sus labios morenos dicen mira qué traigo
y es una hermosa voz acariciadora.
Lleva puesta una blanca cortina sobre la piel
y sostiene unos enormes pulpos en las manos,
baja a los riscos y los ensarta en su arpón.
Es cruda e insoslayable;
muestra a los pulpos su cuerpo desnudo,
el encanto rojo flamígero pegado a sus pechos
los encandila y somete, sus cálidas nalgas,
el contorno de sus muslos llenos.
Mientras permanecen embelesados
suelta el percutor y los alcanza en el cráneo.
Ella resigue un fósforo y enciende el fogón,
sazona el agua con abundante sal y ajenjo,
en la olla el agua borbotea .
Se acerca hasta mí y me aferra fuertemente,
sus enormes ojos verdes me sonríen.
Oigo el borbotante ruido del agua
pugnando en el recipiente tembloroso.
Suspendido entre su índice y pulgar siento el horror.
Es el final.
DEVOLVER EL SALUDO (98)
Que sea pronto ese hasta luego
Porque el cemento me llega hasta los tobillos
y oigo el ruido de cuchillos afilándose en la cuerda.
He bebido más de la cuenta, de la fuente que mana
soledad, alcohol y otras locuras.
Vos haces volar los corazones, poeta.
Yo he soñado que me tocabas con las manos.
Poemas desparramados y tubos de Xanax,
y a toda hora silbando la tetera
con el té de peperina y el quema quema
-Salía de matina y te traía flores frescas,
el Clarín, medias lunas, cigarrillos
y sanwiches de miga-
Trazaba garabatos de tinta china en tu cuadril,
tu leías a Alejandra en porteño
con voz azul, cadenciosa y sosegadamente.
Yo leía en braile un paréntesis
-azabache y rojo flamígero-
cerrado entre tus muslos tan llenos,
sacaba la lengua y hacía carantoñas
cuando te enteres de que soy un buen chico
-te decía-… ¿Tratarás de liquidarme?
CUT-UP (99)
Nena nos largamos,
no voy a seguir buscando
tú tampoco vas a encontrar
nada mejor en este pueblo.
He encontrado un lugar
donde fundar una vida,
uno de esos lugares escondidos
que es un remanso.
El monstruo aún
no ha metido allí la cabeza,
y todo se encuentra
por primera vez.
He inventado un truco
y viviremos fácilmente,
flotando de aquí para allá
como plateados atunes.
En aquello no habrá
demasiadas complicaciones,
es un juego estúpidamente fácil
que se gana sin jugar.
Cálzate esas botas altas
es todo lo que necesitarás
para este rumbo tranquilo
¡quiero que veas tantas cosas!
El arroyo cantarín
y las picudas crestas
y las playas de bronce,
los antílopes sonrientes
y las primigenias piedras,
y podremos revolcarnos
en los campos de mostazas
y joder durante todo el día.
Coceremos nuestro pan
en nuestra propia hoguera,
quiero enseñarte a ensamblar la leña
y mantenerla caldeada.
Los desconciertos son allí
como agradables sorpresas,
contaremos con nuestro Yabyub
y podremos pisar a fondo.
Será divertido
caminar con enormes sombreros,
y tragar cerveza al sol
y fumar cigarrillos,
practicando el dicho chino
de hacer nada.
Déjalo todo aquí,
en México brota la hierba
desde bien abajo,
el espíritu es duro
y viejo como una concha,
y la tierra cálida
y fortaleciente.
Crecerá allí libre
como una ciudadela Maya
en mitad de la jungla,
el manuscrito
que te haga inolvidable.
PROSEMA TAOISTA (100)
(En agradecimiento a Naoto Matsumoto)
¿León come Gacela?
mente come mente.
Tu mente no te pertenece
tampoco es «tu verdadero Yo»,
no eres tus pensamientos,
ni tu cuerpo, ni tus ojos, ni tu boca.
Un cuento de Cortázar, no es Cortázar,
el mismo Cortázar no es Cortázar en sí propio,
es otra imagen del cinematógrafo;
¡mira ahora el canal de Panamá!.
Sólo el Espíritu prevalece, sólo energía fundamental,
un Big Bang cada día, cada segundo, en todas las
cosas.
Entonces… ¡no te preocupes!,
aceptar la vida «tal como es» parece el camino,
ser como un niño a quien todo deslumbra,
sin juzgar, sin oponer resistencia,
sin cortocircuitos, sin forzar, sin hacer.
Así gira la rueda de las manifestaciones,
así fluye la vida.
ESPURIO OLVIDADO (101)
Luce la la mañana como un traje,
ahogado en tachones de alquitrán,
el tabaco, la tos Ferina, el Clonazepán
(la aduana se afanó mi mariguana)
ahora no sé cómo te puedo olvidar.
Deambular contigo en las entrañas,
del bar al Bistro, del Resto al bar,
del almíbar que goteaban tus bragas,
mojaba medialuna y media vida
se me iba enumerando tus pestañas.
Dieciocho recreos y yo tan viejo
valieron mi pellejo tus histerias,
hubo un día que elegía mi tropiezo
hoy estallan por tus ojos mis arterias,
y mis ojos por la feria de tu cuerpo,
si declino desgrasarme en el averno
el invierno en que me apeas del camino.
CUNILINGUS (102)
En el antepecho de tu ventana
un cangrejo da marcha atrás,
la espuma es inmediata
la calleja sin salida;
¡hay que hacerla estallar!.
Entrometernos,
pulido tu labio vertical
recojo la amarga miel.
Granujilla serpiente
adiestrada en molinar;
buscar el cascabel
de tu centro más caliente.
Mentón y nariz,
impregnados van
a vadear tu relieve,
tus curvas combadas
como un cuadro de Degás,
mi vértigo Dadá
de tu ombligo va a caer;
toda vez mi sueño
es materia de tu piel.
PASEO DE DAMA (103)
Hoy la paso en kely lo de afuera me puede,
hoy si llueve fuerte será para mi contento,
hoy la paso en pijama y pulo el crucigrama,
hoy por dentro no encuentro mi epicentro.
Hoy por cierto soy panfleto en propaganda,
hoy me invitan a un evento en el mar muerto,
hoy bufanda de interior y en casa paraguas,
hoy impaciente de un joint y paciente de Freud.
Hoy no ser quien soy se lo debo al superego,
hoy en mi plaza Dorrego corre un correfuego,
hoy me siento más retuerto que James Joyce.
Hoy el Rolls se torna en calabaza y la princesa,
hoy con trenzas desnudita de cuerpo entero,
hoy en los establos un potrero está de fiesta.
MUJERES RÁPIDAS (104)
Las mujeres que yo amo
son fugaces como estrellas,
se desvisten en la noche
y a la mañana se me vuelan.
Las mujeres que yo amo
son terriblemente honestas,
no dicen una mentira
suenan como monedas.
Las mujeres que yo amo
son como yo pasajeras
que llevan en sus maletas
escondido el corazón.
UNA CANCIÓN PARA MI UNA (105)
El mundo gira a pedales mientras voy a pierna suelta
buscando los modales que perdí a pie de tu cama,
en tus córneas celestes que por los codos callan
que se tragan un sapo por no darme una bofetada.
Desde crío peregrino por caminos de verde asfalto,
encuentro la birome cuando pierdo los papeles,
te falto cuando estoy conmigo con mi ombligo sólo
y me dices que presento el aspecto de un muerto.
A menudo me siento knoqueado por un puño,
con el epicentro en cualquier lado y agarrado
a una hoja de hierba mientras me estoy ahogando,
repleto de tu veto a mi persona y dipsomaníaco.
Giro la presilla del grifo para ver un poco el sol;
unos salmones al galope remontan el camino,
hay en rigor extraterrestres en el polo sur
y libres corren las liebres a lo largo de los ríos.
El desamor enamora, los amantes se odian,
tu indiferencia y desdén me tienen en el bote,
de la hierba paraguaya como cántaro a la fuente;
una personalidad frontal y bien altiva la frente.
Me gusta cuando gimes porque estás como ausente
te abandonas a tu suerte y parece que volaras,
me gusta cuando cierras fuertemente las pestañas
y entrelazas con los míos los dedos de los pies,
Me gusta del anverso del derecho y del revés
cuando tiras el negligé a la lámpara de araña,
y me arañas y con saña aprietas los dos labios
y como en un balancín tu pecho sube y baja .
Mañana casi viernes voy directo a tu mezquita
bajo una luna platina voy a leer el Corán,
el Corán de los corales de tu morocha carita
de tus uñas lacadas y tu braguita de celofán.
Yo soy un escolar aprendiz de tus pecados
prometo ser aplicado al pie de tus rodillas,
tabú de ojos largos, mi corazón Pierrot
en la mayúscula de tu nombre vive aovillado.
Un revólver bajo mi corazón son tus delgados labios
cada lunes cuando te piras hago girar el tambor,
me estoy quedando sin pilas o es la vida tan cansada,
vida si tu voz me olvida pareciera que no queda nada.
UN PEREGRINO Y EL SUBSUELO DE LOS HUESOS (106)
Un cielo atormentado cubre la ciudad
por aquí no cruzan ni los aviones,
las prostitutas se recogen bajo el portal,
tiñen de bermejo las colillas
de un paquito que fuman y al fumar,
dibujan volutas como algodones,
tienen las rodillas llenas de moratones
y ríen locas tal que el último día.
Un taxista les chifa con los dedos,
queréis dar una vuelta tengo merca,
y Rebeca que va puesta mira a Paty,
que tiene un lápiz metido en la nariz,
la mina ya arremanga su remera,
pues claro que sí, y se dan una vuelta.
Mientras despierta un sol gordezuelo,
chirrían las rejas de los quioscos,
y unos pocos rezagados canturrean
a todo pulmón una de los Redondos.
Una vomitera salpica una esquina,
desde la alcantarilla llegan ociosos
monstruosos pensamientos del subsuelo,
el tripy dijo down, down, down,
y el bajón me deja arrellanado
calentándome al calor del sumidero.
Es aquí cuando morirme creo
como perro retorciéndose al sol,
perro suelto sin dios ni patrón,
pero esclavo encadenado
de aquella mirada como de ida,
al recordar la matina de Mayo
que te rajaste el cableado
con mi cuchilla de pintar,
porque no te bancabas esta vida
de vivir siempre a tiro de mata,
sin encontrar un solo motivo,
de matarse a tiros y bencedrinas
de creer que no hay una salida.
Hoy deambulo a campo abierto
Así la casa no se viene encima,
Es mi techo el mundo entero
Un manto de estrellas me abriga,
Soy recuerdo cuando la olvido
Vino negro corre por mi corazón,
soy yo el viajero y también el camino.
CANCIÓN DE LA CARNE (107)
Ahí estaba sentado frente a mi
con la Fender bien afilada,
nadie cree en el rock´n roll,
me gusta el rock n´roll
porque es cómo un joint.
Cuando nadie espera nada de ti,
se proclama libertad
y puedes hacer lo que te da la gana.
He oído que lo llaman porvenir,
será porque no viene nunca,
será que te voy a comer los otros labios,
allá donde no te pega el sol.
Voy como un Boing por el cielo,
levito igual que Buddha,
voy soñando que me pierdo
bombeando en tu herradura.
Deambulabas colada por Madrid,
en Malasaña hay de la buena y de la mala,
tu cruzabas esas piernas para mi,
te gustaba llegar en trip al nirvana.
Cuidado con las gomas de mala calidad,
no das el tipo de mamá,
simplemente procuras hacer
todo aquello que te sienta bien.
He oído que lo llaman por venir
será porque no viene nunca,
será que te voy a comer los otros labios
allá donde no te pega el sol.
Voy como un Boing por el cielo,
levitando como Buddha,
voy soñando que me pierdo
chupando tu herradura.
Enterrar mi nariz
En un monte de rizos,
Quiero volver a la matriz
A través de tus piernas de Nylon,
Tus labios,
Dos frambuesas machacadas
Y toda mi religión.
RADIOGRAFÍA DE UN POETA (108)
(Escena)
La mandíbula sobre la palma de la mano
el semblante áspero de vida mala
la voz tomada del mismo diablo
puesto en puntos, descose la última sonata.
A contradanza lee a Quevedo
Tornando en oro el lodo fatal
Más no averigua, ya no,
Su nave atrás en el mar muerto,
Arde igual que petróleo sobre agua;
Lo había perdido todo,
Después se perdió a sí.
Tanto si era destino,
Como fabricación,
Como si azar o pura necesidad:
Ya nada valía dos pavos
(Presentación 1 Pesaje 2. Golpes 3. Cartulinas 4)
Simio o poeta, genio deflagrado 1,
O drogata con hemorragia y fístolas en los labios 2,
Llagado de muerte al costado cual cristo 3.
La mujer de porcelana no se dobló,
él se ha partido de puro quebrado 4.
(Rueda de las manifestaciones)
Sus recuerdos son ojos,
Tornadizos, proteicos, aceitunados
Tan pronto surge como una alimaña
Otras, su sabor de golosina.
Después le trepa una fiebre de ella.
A pesar de cada aislante puesto,
Por mor de mal agüero, en cada pata de su cama.
Otras veces, frunce sus labios y nimba,
Con una linterna de luciernagas,
La tristeza peladura de su tálamo,
Lo que le rebana el pensamiento en hogazas,
(Contragolpeo)
Cuando ELLA pasea por dentro suyo
Él la repele con bibliografías enteras,
Con visitas nocturnas casi diarias
a la calle de las que nunca besan
Donde el hueso y el alma se confunden,
Entre cremas frías de aliviar rozaduras.
Su sacerdotisa habitual, su adivina, su puta,
Tras la minuta por viajar al otro mundo,
negra y solemne se complace al informarle;
– ESA MUJER TALLA A MEDIDA
DE SU BOSQUE QUEMADO TU PROPIO ATAÚD –
(De regreso a casa)
La noche aquella, se vio a si mismo
como un fantasma rutilante, siniestro,
rondando la calle de su destino ideal,
con el sombrero crepuscular cabizbajo,
allá por el tercer mes del doce,
sólo y desarbolado bajo el aguacero.
Como un trasto viejo, como un juguete roto.
(Comienza un monólogo interno)
Así las cosas -se dice-,
la misma calle dónde ahora, arropada,
mata el insomnio con Bencedrinas,
y se adormila de costado junto a su caja musical.
Y sus muñecas de porcelana,
Y su escrito en la frente;
“No me preocupa nada de nada”.
(Va rumiando…)
ELLA, la más bella segunda persona del singular,
La más singular de este mundo hosco y de porquería.
ELLA, dulce, ojerosa, jodida y atrayente,
Radiante en la alegría y en la tristeza, sólo ELLA me limpia.
(Caminando por la calle de ella. 3:00 AM. Éste día.)
Tan pronto incombustible rabia de lo perdido
Tan pronto inútil, maldito e inservible y otra vez la mano
Sosteniendo la quijada, cuándo descubre asombrado
Igual que un loco, que todo lo conocido es exacto,
Que lo conocido antes y lo cognoscible en el futuro es UNO.
(Plano General)
Escribió por aliviarse,
Por crearse su propia isla,
Llena de ella, sólo de ella,
Pero en aquél tiempo soleado
No en esta noche siempre víspera…,
¡Nunca ha llegado, eso nunca ha llegado!.
(Imagen)
Goyesco y oscuro,
Perdida la calma y desvencijado,
Edwart Lalo, fértil compositor,
Descompone miga a miga,
Los últimos pétalos de su memoria,
Entregado a su recuerdo,
A la tenue luz de una palmatoria
Acierta a ver sus ojos castaños
Como Racimos de uva morena,
Y su boca, ¡Ah, su boca…!
(Subtítulo para idiotas)
Hoy es una noche de sol negro
Y nimba sus averiguaciones el poeta
En una hoja de receta blanca
Con un pliego al costado que algo,
Le recuerda que debe hacer
(Detonación)
Fin de la escena.