Que sea pronto ese hasta luego,
porque el cemento me llega hasta los tobillos
y oigo el ruido de cuchillos afilarse en la cuerda.
He bebido más de la cuenta, de la fuente que mana
soledad, alcohol y otras locuras.
Vos hacés volar los corazones, poeta.
Yo he soñado que me tocabas con las manos.
Poemas desparramados y tubos de Xanax,
y a toda hora silbando la tetera
con el té de Peperina y el quema quema.
-Salía de matina y te traía flores frescas,
el Clarín, medias lunas, cigarrillos
y sandwiches de miga-
Trazaba garabatos de tinta china en tu cuadril,
tu leías a Alejandra en porteño
con voz azul, cadenciosa y sosegadamente.
Yo leía en braille un paréntesis,
-azabache y rojo flamígero-,
cerrado entre tus muslos tan llenos,
Sacaba la lengua y hacía carantoñas,
cuando te enteres de que soy un buen chico,
-te decía- ¿tratarás de liquidarme?.
* Laszlo García se reserva los derechos de autor de este texto.